(picar en fotos y mapas para ampliar tamaño)
Cúmulo Abierto + Nebulosa de Emisión y Reflexión asociada a M 16 - Nebulosa El Águila
Localización:
Ascensión Recta 18h18m.8
Declinación -13°47'
Distancia 7.000 a.l.
Magnitud 6,4
Dimensión 7' min/ arco
Observación-Instrumento:
El cumulo abierto se puede ver fácilmente con prismáticos.
Para ver la nebulosidad en forma de águila, que da nombre al conjunto, es necesario un telescopio reflector de más de 10” y un filtro UHC. En particular, se observa magníficamente con un reflector de 11” y un ocular de 2” de entre 35 y 40mm. En cielos particularmente oscuros y con ayuda de un filtro UHC se puede llegar a vislumbrar una zona oscura próxima al centro de la nebulosa, que pensamos debe ser el área popularmente conocida como:”La Mano de Dios” o los “Pilares de la creación”.
Con un refractor de 130mm f5, esto es un campo bastante amplio, un filtro UHC y ocular de 2” y 40mm se puede observar conjuntamente con su compañera M17. No hace falta decir que la contemplación de estas dos maravillas del cielo a la vez , es algo que llama la atención del aficionado.
El cumulo abierto se puede ver fácilmente con prismáticos.
Para ver la nebulosidad en forma de águila, que da nombre al conjunto, es necesario un telescopio reflector de más de 10” y un filtro UHC. En particular, se observa magníficamente con un reflector de 11” y un ocular de 2” de entre 35 y 40mm. En cielos particularmente oscuros y con ayuda de un filtro UHC se puede llegar a vislumbrar una zona oscura próxima al centro de la nebulosa, que pensamos debe ser el área popularmente conocida como:”La Mano de Dios” o los “Pilares de la creación”.
Con un refractor de 130mm f5, esto es un campo bastante amplio, un filtro UHC y ocular de 2” y 40mm se puede observar conjuntamente con su compañera M17. No hace falta decir que la contemplación de estas dos maravillas del cielo a la vez , es algo que llama la atención del aficionado.
Introducción:
Aunque en 1745-46 De Chéseaux, descubrió el cúmulo de estrellas, fue incapaz de apreciar, en aquel momento, la magnífica nebulosidad que las envolvía. En cambio, Sir Charles Messier si apreció que las estrellas del cúmulo estaban “inmersas en un débil resplandor”, dando ya a entender que allí había algo más que una simple agrupación de estrellas. Los Herschel tampoco vieron la nebulosidad, por este motivo, el NGC 2000 lo clasifica, de manera errónea, como un simple cumulo abierto. Únicamente sería incluida la nebulosa con posterioridad en el IC II de 1908 con la denominación ya conocida de IC4703.
Descripción y comentario:
Hay que decir que las magníficas fotos de nuestro, ya veterano, Telescopio Espacial Hubble han hecho famosa, o mejor dicho, mítica, a una nebulosa que hasta entonces había pasado bastante desapercibida. Este cúmulo-nebulosa M 16/IC4703, cuya antigüedad está datada en, aproximadamente, 5,5 millones de años (según el Sky Catalog 2000, así como por Götz), se sitúa no muy lejos astronómicamente hablando, a unos 7.000 años luz de distancia, en la constelación de Serpens. Serpens es una de las pocas constelaciones que e stá dividida en partes: Serpens Caput (Cabeza de serpiente) y Serpens Cauda (Cola de serpiente), otro ejemplo sería Argo Navis en el hemisferio sur está partida en tres Carina (la Quilla), Puppis(la Popa), Vela (la Vela). Serpens representa una serpiente y está dividida en dos porque en medio se sitúa la constelación de Ofiuco (el Serpentario o portador de la serpiente). Buscando una ubicación menos mitológica, diríamos que M16 se sitúa en el brazo espiral interior de la Vía Láctea cercano al nuestro.
Pero ¿qué está ocurriendo en M16? Se trata ni más ni menos que de una cuna de estrellas. Una gran nube de gas y de polvo interestelar en un proceso de formación de estrellas. El cúmulo abierto de estrellas M 16 acaba de nacer en esta grandiosa nube que le rodea, La “Nebulosa del Águila” IC 4703, una auténtica “placenta estelar”, sigue dando frutos y actualmente brilla por la emisión de luz propia al estar el gas hidrógeno excitado por las radiaciones de alta energía emitidas por sus jóvenes estrellas, masivas y calientes que acaban de abandonar su matriz. Hablamos ahora de los míticos “Pilares” en los cuales , el proceso de formación de estrellas continúa de forma regular cerca de las denominadas “trompas de elefante”. Destacan, entre ellas, una estrella doble de magnitudes 8,4 y 8,8 en 30”, en un borde del núcleo, otra azulada de la 8,1, y una cuarta anaranjada de 8,3. Algunas zonas del borde de la nebulosa muestran retorcimientos de masas brillantes y oscuras que revelan corrientes internas.
Estas regiones de formación estelar conocidos como “EGGs” o huevos se observan al descubierto en la parte superior de uno de estos pilares gigantes de gas y polvo. Los EGGs, (acrónimo inglés de Evaporating Gaseous Globules, que a su vez significa “huevos” y de ahí la alegoría con el “águila”), se denominan así por los glóbulos de gas en evaporación . Son zonas muy densas compuestas en su mayoría por hidrógeno gaseoso molecular que se fragmenta y colapsa gravitacionalmente para formar estrellas. La luz emitida por las más calientes y brillantes de estas nuevas estrellas, calienta la región superior del borde del pilar y causa grandes evaporaciones de gas, desvelándonos más EGGs, y más estrellas jóvenes. Estas estrellas recién nacidas pueden haberse colapsado ya, formándose de material interno de la nebulosa antes de la intensa radiación de otras estrellas cercanas calientes, que erosionaron y esculpieron los dramáticos pilares y EGGs. Allí las estrellas todavía en formación, son arrancadas de esta reserva estelar comenzando aquí su propio camino en el universo.
Pero ¿Cuál es la verdadera trascendencia de la contemplación de M 16/IC4703? Al observar esta agrupación singular de estrellas y gas, quizás con más sentido que en otras ocasiones, vemos una auténtica instantánea de nuestro propio pasado estelar. Nuestros telescopios se transforman, de nuevo, en auténticas máquinas del tiempo que nos trasportan al momento primigenio del nacimiento de nuestro propio sol. Hace unos 4.500 millones de años, nuestro sol no era otra cosa que una nube de gas hidrógeno en una zona similar a los “pilares”. Esta nube que ahora vemos, como un espejo de nuestro propio pasado, es nuestro sol a punto de entrar en ignición, algo que daría lugar, como diría Carl Sagan, a todo lo que amamos y conocemos, a todo aquello de lo que hemos oído hablar, todas nuestras alegrías y sufrimientos, creencias y pensamientos. Esta contemplación de nuestro pasado en tal perfección, no puede sino estremecer nuestra alma por completo.
Mapa para prismáticos - Mapa para Telescopios (picar en mapas para ampliar)
Textos: José J. Lumbreras
Mapas: Eduardo Fuentesal
Estas regiones de formación estelar conocidos como “EGGs” o huevos se observan al descubierto en la parte superior de uno de estos pilares gigantes de gas y polvo. Los EGGs, (acrónimo inglés de Evaporating Gaseous Globules, que a su vez significa “huevos” y de ahí la alegoría con el “águila”), se denominan así por los glóbulos de gas en evaporación . Son zonas muy densas compuestas en su mayoría por hidrógeno gaseoso molecular que se fragmenta y colapsa gravitacionalmente para formar estrellas. La luz emitida por las más calientes y brillantes de estas nuevas estrellas, calienta la región superior del borde del pilar y causa grandes evaporaciones de gas, desvelándonos más EGGs, y más estrellas jóvenes. Estas estrellas recién nacidas pueden haberse colapsado ya, formándose de material interno de la nebulosa antes de la intensa radiación de otras estrellas cercanas calientes, que erosionaron y esculpieron los dramáticos pilares y EGGs. Allí las estrellas todavía en formación, son arrancadas de esta reserva estelar comenzando aquí su propio camino en el universo.
Pero ¿Cuál es la verdadera trascendencia de la contemplación de M 16/IC4703? Al observar esta agrupación singular de estrellas y gas, quizás con más sentido que en otras ocasiones, vemos una auténtica instantánea de nuestro propio pasado estelar. Nuestros telescopios se transforman, de nuevo, en auténticas máquinas del tiempo que nos trasportan al momento primigenio del nacimiento de nuestro propio sol. Hace unos 4.500 millones de años, nuestro sol no era otra cosa que una nube de gas hidrógeno en una zona similar a los “pilares”. Esta nube que ahora vemos, como un espejo de nuestro propio pasado, es nuestro sol a punto de entrar en ignición, algo que daría lugar, como diría Carl Sagan, a todo lo que amamos y conocemos, a todo aquello de lo que hemos oído hablar, todas nuestras alegrías y sufrimientos, creencias y pensamientos. Esta contemplación de nuestro pasado en tal perfección, no puede sino estremecer nuestra alma por completo.
Mapa para prismáticos - Mapa para Telescopios (picar en mapas para ampliar)
Textos: José J. Lumbreras
Mapas: Eduardo Fuentesal
Jose te felicito por este magnifico articulo. Un abrazo
ResponderEliminarLos pilares de la creación son una de las maravillas al alcance de nuestros teles, buen post
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