El pasado viernes día 24, hubo llamamiento general para una concentración telescopera en el lugar habitual de observación; pues bien o el personal anda un poco distraído con el calor u ocupado en otros menesteres que a la misma tan solo aparecimos cinco.
Carmelo, Luis García, Carlos, Luis Viana y yo fuimos los afortunados de por fin encontrarnos con una noche preciosa que nos sirvió para quitarnos un poco las ansias de tantos días sin observación y eso que la tarde calurosa llenaba el horizonte de una calima que dejaba la visibilidad bastante reducida, pero con la puesta del Sol bajó la temperatura y junto a la ausencia de viento dejaron un cielo bastante bonito.
Montamos cerca unos de otros a pesar de que con las últimas obras en el camino, este ha quedado bastante despejado y hay más espacio que nunca.
Carlos, formó pareja de baile con Carmelo y siguiendo el orden de trabajo del Maestro se dedicaron en exclusiva a la constelación de Hércules, recreándose en los tres cúmulos globulares M13, M92 y NGC 6229, en las nebulosas planetarias NGC 6210, NGC 6058 e IC 4593 y en las galaxias NGC 6207 y NGC 6196, intercambiando oculares de distintas focales en cada uno de estos objetos y comentando lo que observaban.
Luís García, Luís Viana y yo nos dedicamos a otra dimensión, ver y disfrutar de los objetos Messier en el fondo estrellado de la Vía Láctea entre Scorpius y Sagittarius, con algún que otro desplazamiento a constelaciones vecinas, como Lyra, Hércules, Águila y Cygnus. También pude realizar 3 bocetos, del cúmulo globular M80, el cúmulo abierto Stephenson 1 y el asterismo de la Tiara en la Osa Mayor.
Muy tarde, alrededor de la una de la madrugada, llegó para compartir un rato con nosotros nuestro amigo Alfred, cosa que es muy de agradecer por la distancia que tuvo que recorrer.
Momento de trabajo |
Con la Luna asomando en el horizonte, pusimos punto final y hasta la próxima, que esperamos se apunte más personal.
Texto y foto Paco Tello
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