Grabado de planisferio de Alberto Durero 1515 |
Como todos sabemos, el cielo está dividido en áreas que tienen unos límites precisos y cada una de estas áreas, contiene en su interior una agrupación de estrellas con una aparente posición en el mismo plano del cielo. Desde las civilizaciones antiguas los hombres unieron estas estrellas en trazos imaginarios formando figuras, unas veces humanas y otras de animales asignándoles un nombre con el cual es reconocida toda el área.
Estos límites siempre siguen los meridianos y paralelos celestes, zigzagueando frecuentemente para poder incluir dentro de esa área la figura de cada una de las 88 constelaciones oficialmente reconocidas: las 48 que nos llegaron desde la antigüedad más las 40 introducidas en la época moderna.
Como podemos ver en estos dos mapas, estos límites presentan un aspecto similar al de los Estados Unidos, con sus fronteras territoriales rectilíneas.
Límites constelaciones |
Fronteras EE.UU. |
Hacia la mitad del siglo XIX, los límites para el hemisferio norte ya estaban prácticamente establecidos por el astrónomo F.W. Argelander en su trabajo realizado desde el observatorio de Bonn (Alemania) y para el hemisferio sur por Benjamín Apthorp Gould desde el observatorio Astronómico de Córdoba (Argentina).
No obstante el resultado del imparable avance tecnológico en el campo de la astronomía, que se tradujo en mayores alcances y mejores ópticas en los telescopios, dio lugar al descubrimiento de nuevas estrellas de magnitudes más altas, de variables y novas que los astrónomos no siempre estaban de acuerdo en asignar a una u otra constelación por encontrarse cercana o muy pegada a los límites predeterminados.
El año 1928 en la ciudad de Leyden (Holanda) una comisión delegada de la Unión Astronómica Internacional, a requerimiento del congreso celebrado en 1925 en Cambridge, estableció definitivamente esos límites así como el número de las constelaciones. Con el resultado de este trabajo se evitaba el cambio de nombre de las más de 3000 estrellas variables ya catalogadas, y a su vez se eliminaba el menor número posible de las constelaciones que se venían incluyendo en los principales atlas modernos de la época, concretándose definitivamente las 88 constelaciones actuales.
Este documento oficial, bajo el título “Delimitation scientifique des constellations” se publico en un solo volumen en Paris en 1930, bajo la dirección de Eugène Joseph Delporte.
De este listado fueron eliminadas para siempre varias constelaciones o asterismos, unos con una trayectoria centenaria y otros más efímeros. De algunas constelaciones condenadas al olvido solo nos ha quedado el recuerdo de sus nombres, del lugar que ocupaban en el cielo y también de sus figuras, que se recogieron en atlas realizados por importantes astrónomos entre los siglos XVI-XIX.
En este y posteriores artículos, vamos a contar todo lo que modestamente sabemos y hemos podido recuperar de diversas fuentes sobre algunas de estas constelaciones con sus historias a veces poéticas, imaginativas, políticas y justificadoras de hechos históricos, aunque otras no tuvieron tanta suerte y al no llegarnos constancia escrita de su lugar en el cielo y de su figura, lamentablemente se han perdido para siempre.
Podríamos empezar por cualquiera de ellas, ya que todas son interesantes de conocer aunque sólo sea por cuestiones sentimentales debido a su desaparición, por ello arbitrariamente comenzaremos por: Allector Gallus Dio
Allector Gallus Dio
Esta constelación fue diseñada e introducida por el teólogo, cartógrafo y astrónomo holandés Petrus Plancius y apareció por primera vez en su globo celeste publicado por él mismo en 1612, ignorándose el motivo por el que le dio este nombre.
Años más tarde el astrónomo alemán Jacob Bartsch, caracterizado por su afán por encontrar referencias religiosas o bíblicas para todas las constelaciones existentes, en su libro “Usus astronomicus planisphaerii stellati” publicado en 1624 escribió que representaba el Gallo de la Pasión de Cristo, que cantó después de que Pedro había negado a Jesús tres veces.
La constelación de Gallo se encontraba situada en la parte norte de la constelación de Puppis. Aunque fueron bastante los astrónomos que aceptaron Gallus como nueva constelación, no tuvo la suficiente entidad e influencia para que Johann Bode la incluyera en su atlas Uranographia, publicado en 1801.
En esta imagen nos encontramos la constelación Gallo, publicada en un globo celeste por Isaac Habrecht II (1589-1633), profesor de astronomía y matemáticas en Estrasburgo.
En esta segunda imagen de Gallo incluida en el Atlas de Stanislaus Lubinietzki “Theatrum Cometicun” publicada en 1681, también se refleja el primer cometa descubierto por telescopio en diciembre de 1680 y que le sirvió a Isaac Newton para confirmar sus estudios de la Ley de Gravitación Universal de los objetos del cielo, dando de esta forma explicación a las 3 leyes de Johannes Kepler.
Hasta la próxima
Texto: Paco Tello
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