viernes, 26 de octubre de 2012

CONSTELACIONES PARA EL RECUERDO (VII)


RHOMBUS/SOLARIUM/RETICULE


Planisferio de A.Durero de 1515

Desde principios del siglo XVII, el avance tecnológico en la construcción de telescopios para la observación del cielo, hace que el número de estrellas, cúmulos y nebulosas vaya aumentando de forma exponencial a la calidad de las ópticas empleadas; de esta manera en la primera década de 1800 son más de 100.000 el número de estrellas registradas.
Al mismo tiempo el mayor nivel cultural de la población la hace interesarse por los descubrimientos astronómicos, llevando implícito el deseo por la adquisición de atlas del cielo donde figuren todos estos descubrimientos. Ante esta creciente demanda la elaboración de los atlas se multiplican, siendo cartógrafos, profesores y astrónomos, los encargados de su confección y publicación, llegando a ser estos atlas los libros más vendidos de  su tiempo.
Ante tal número de estrellas y objetos de cielo profundo descubiertos, la confección de los  atlas toman dos caminos diferentes: uno el más profesional, que incluye  los datos de todas las estrellas con la mayor precisión posible y dejando a un lado  las figuras de las constelaciones y  sus límites (que por aquellos años aún no estaban definidos oficialmente), por lo que obligaba al hacinamiento de datos en los citados atlas,  resultando así poco atractivos. La otra forma de confeccionar Atlas, es aquella donde las figuras de las constelaciones (tanto las tradicionales como las nuevas que se van creando) toman la máxima importancia y las estrellas, cúmulos, galaxias y nebulosas son incluidas pero hasta magnitudes posibles de ver a simple vista, lo cual hace que estos gocen de mayor aprecio entre los aficionados a la astronomía llegando a ser muy populares.
En este incremento de nuevas constelaciones, sobre todo en el hemisferio Sur, ocurre que una misma zona del cielo fuera diseñada con la imagen de un artilugio”moderno” de la época, de un animal exótico, o bien un emblema o escudo en honor a un mandatario real, encontrándonos atlas publicados en fechas posteriores por otros autores, que esta misma zona del cielo aparezca vacía o cambie de nombre e incluso  de figura en repetidas veces.
Hoy no tratamos en este artículo de una constelación determinada y perdida para siempre sino de una zona del cielo que es el fiel reflejo de estos hechos, resultando a nuestro modesto entender una muy peculiar historia con encanto.

En 1622, Isaac Habrecht II profesor de astronomía y matemáticas en Estrasburgo, confeccionó un planisferio celeste en forma de globo, en el cual reflejó algunas de las nuevas constelaciones que unos años antes el cartógrafo holandés Petrus Plancius había creado valiéndose de las observaciones solicitadas a dos navegantes y exploradores holandeses Pieter D. KeyserFrederick de Houtman . En el citado planisferio diseñó una constelación de su invención con la figura y nombre de Rhombus, situándola entre las constelaciones de Dorado e Hydrus, como podemos ver en esta reproducción.


Creación de Rhombus de Issac Habrecht


En 1679 el arquitecto  y astrónomo francés, Augustin Royer, diseña un atlas celeste donde refleja esta constelación con la misma figura y nombre, sin embargo la misma no es recogida en los atlas de Hevelius de 1690 o de Flamsteed de 1729.

Atlas de Augustin Royer

Entre los años 1750-1754 el abad Nicolás Louis Lacaille con sus observaciones desde el Cabo de Buena Esperanza, publicó la obra Coelum australe stelliferum en la cual introducía 14 nuevas constelaciones, y en el lugar que ocupaba Rhombus, colocó una nueva figura y le cambió “ligeramente” el nombre, llamándole  Le Réticule Rhomboide, como homenaje a la pieza (ocular) que le sirvió para medir las posiciones de las nuevas estrellas descubiertas en el cielo austral. A su lado incluye la constelación Horologium Oscillatorium, en honor al inventor del reloj de péndulo, el astrónomo y matemático holandés Christiaan Huygens.
En esta ilustración de su atlas podemos observar el nuevo diseño y el nombre de las dos constelaciones.
Le Réticule Rhomboide de Lacaille
En 1776 Jean Nicolas Fortin, ingeniero francés, actualizó y mejoró los atlas de Flamsteed, introduciendo en ellos las nuevas constelaciones de Lacaille.


Detalle de Horologium y Le Réticule

Aún hay más, un nuevo intento de cambio se produce cuando William Cromwell, astrónomo americano, utiliza las estrellas de Réticule (latín Reticulum) para diseñar una constelación con el nombre de Marmor Sculptile,  que representaba el busto del navegante genovés Cristóbal Colon.

En esta imagen, vemos como apareció en un Mapa tipo Mercator en la obra titulada  Starry Heavens, publicado en Boston en 1810. Esta figura no llegó a alcanzar gran popularidad en el mundo de la astronomía, desapareciendo en poco tiempo.


Busto de C.Columbus.
Llegamos a Febrero de 1822 cuando un astrónomo amateur, Alexander Jamieson, escocés residente en Londres, publicó un Atlas Celeste en el que el grabado correspondiente al Hemisferio Sur, aparece la constelación de Solarium, ocupando la zona y sustituyendo así la creación de Lacaille, Le Réticule Rhomboide (Reticulum).


Solarium de A.Jamieson
Kornelius Reissig, un artista miembro honorario de la Imperial Academia de la Ciencia de Rusia, dibujó su Atlas Celestial Sozviezdiia Predstavlennia na XXX tablitsakhPresentación de las constelaciones, en 30  tablas”. Es el primer atlas ruso del cielo, escrito en  alfabeto cirílico y publicado en San Petersburgo en 1829. Estas tablas están basadas en el atlas de  J.E.Bode de 1806, y en la edición francesa del Atlas de John Flamsteed;  pues bien en la tabla 29 correspondiente al Hemisferio Sur observamos sorprendidos que nuevamente aparece la figura de la constelación de Reticulum junto a la de Horologium.
Tabla 29 de K Reissig
 En 1835 en Nueva York se publica The Geography of the Heavens, atlas diseñado por un maestro de escuela de Connecticut, Elijah Hinsdale Burritt,  que tuvo mucho éxito y en el que de nuevo la constelación de Lacaille desaparece y en su lugar nos encontramos la constelación de Solarium, the Sun dial.



Atlas de Elijah H. Burritt
Burritt se le atribuye la creación de esta constelación, pero como hemos podido comprobar 13 años antes, ya había sido publicada con ese nombre y diseño. ¿Quién fue el primero? ¿Burritt o A. Jamieson?
Así  estaban las cosas cuando en 1930 la UAI publicó la lista definitiva de las 88 constelaciones, en la que nos dice que esa región del cielo con sus límites definitivos es Retículo y que su autor fue el abad Nicolás Louis de Lacaille, sin embargo a nosotros nos queda la historia de un largo y cambiante periplo de esta pequeña y débil zona del cielo austral.
Esto ha sido todo, hasta la próxima.

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