RHOMBUS/SOLARIUM/RETICULE
Planisferio de A.Durero de 1515 |
Al
mismo tiempo el mayor nivel cultural de la población la hace interesarse por
los descubrimientos astronómicos, llevando implícito el deseo por la
adquisición de atlas del cielo donde figuren todos estos descubrimientos. Ante
esta creciente demanda la elaboración de los atlas se multiplican, siendo cartógrafos,
profesores y astrónomos, los encargados de su confección y publicación,
llegando a ser estos atlas los libros más vendidos de su tiempo.
Ante
tal número de estrellas y objetos de cielo profundo descubiertos, la confección
de los atlas toman dos caminos
diferentes: uno el más profesional, que incluye
los datos de todas las estrellas con la mayor precisión posible y
dejando a un lado las figuras de las
constelaciones y sus límites (que por
aquellos años aún no estaban definidos oficialmente), por lo que obligaba al
hacinamiento de datos en los citados atlas,
resultando así poco atractivos. La otra forma de confeccionar Atlas, es aquella
donde las figuras de las constelaciones (tanto las tradicionales como las
nuevas que se van creando) toman la máxima importancia y las estrellas,
cúmulos, galaxias y nebulosas son incluidas pero hasta magnitudes posibles de
ver a simple vista, lo cual hace que estos gocen de mayor aprecio entre los
aficionados a la astronomía llegando a ser muy populares.
En
este incremento de nuevas constelaciones, sobre todo en el hemisferio Sur,
ocurre que una misma zona del cielo fuera diseñada con la imagen de un artilugio”moderno”
de la época, de un animal exótico, o bien un emblema o escudo en honor a un
mandatario real, encontrándonos atlas publicados en fechas posteriores por otros
autores, que esta misma zona del cielo aparezca vacía o cambie de nombre e
incluso de figura en repetidas veces.
Hoy
no tratamos en este artículo de una constelación determinada y perdida para
siempre sino de una zona del cielo que es el fiel reflejo de estos hechos, resultando
a nuestro modesto entender una muy peculiar historia con encanto.
En
1622, Isaac Habrecht II profesor
de astronomía y matemáticas en Estrasburgo,
confeccionó un planisferio celeste en forma de globo, en el cual reflejó
algunas de las nuevas constelaciones que unos años antes el cartógrafo holandés
Petrus Plancius había creado
valiéndose de las observaciones solicitadas a dos navegantes y exploradores
holandeses Pieter D. Keyser y Frederick
de Houtman . En el citado planisferio diseñó una constelación de su
invención con la figura y nombre de Rhombus,
situándola entre las constelaciones de Dorado
e Hydrus, como podemos ver en esta
reproducción.
Creación de Rhombus de Issac Habrecht |
En
1679 el arquitecto y astrónomo francés, Augustin Royer, diseña un atlas celeste donde refleja esta constelación con
la misma figura y nombre, sin embargo la misma no es recogida en los atlas de Hevelius de 1690 o de Flamsteed de 1729.
Atlas de Augustin Royer |
Entre
los años 1750-1754 el abad Nicolás Louis
Lacaille con sus observaciones desde el Cabo de Buena Esperanza, publicó la
obra Coelum
australe stelliferum en la cual introducía 14 nuevas constelaciones, y en
el lugar que ocupaba Rhombus, colocó
una nueva figura y le cambió “ligeramente” el nombre, llamándole Le
Réticule Rhomboide, como homenaje a la pieza (ocular) que le sirvió para
medir las posiciones de las nuevas estrellas descubiertas en el cielo austral. A
su lado incluye la constelación Horologium
Oscillatorium, en honor al inventor del reloj de péndulo, el astrónomo y
matemático holandés Christiaan Huygens.
En
esta ilustración de su atlas podemos observar el nuevo diseño y el nombre de
las dos constelaciones.
Le Réticule Rhomboide de Lacaille |
En
1776 Jean Nicolas Fortin, ingeniero francés,
actualizó y mejoró los atlas de Flamsteed,
introduciendo en ellos las nuevas constelaciones de Lacaille.
Detalle de Horologium y Le Réticule |
En
esta imagen, vemos como apareció en un Mapa tipo Mercator en la obra titulada Starry
Heavens, publicado en Boston en 1810. Esta figura no llegó a alcanzar gran
popularidad en el mundo de la astronomía, desapareciendo en poco tiempo.
Busto de C.Columbus. |
Llegamos
a Febrero de 1822 cuando un astrónomo amateur, Alexander Jamieson, escocés residente en Londres, publicó un Atlas Celeste en el que el grabado
correspondiente al Hemisferio Sur, aparece la constelación de Solarium, ocupando la zona y
sustituyendo así la creación de Lacaille, Le
Réticule Rhomboide (Reticulum).
Solarium de A.Jamieson |
Tabla 29 de K Reissig |
Atlas de Elijah H. Burritt |
Así
estaban las cosas cuando en 1930 la UAI publicó la lista definitiva de las
88 constelaciones, en la que nos dice que esa región del cielo con sus límites
definitivos es Retículo y que su
autor fue el abad Nicolás Louis de
Lacaille, sin embargo a nosotros nos queda la historia de un largo y
cambiante periplo de esta pequeña y débil zona del cielo austral.
Esto ha sido
todo, hasta la próxima.
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