El
Ayuntamiento de Trigueros ( Huelva )
para celebrar el Primer Aniversario de la reapertura del Dolmen de Soto
organizó una jornada cargada de actos que empezó a primeras horas de la mañana
y cuyo broche final consistió en una actividad astronómica a cargo de los
compañeros y amigos de Astronomía
Sevilla, quienes amablemente nos invitaron a acompañarles en el evento; y
allá que nos fuimos encantados a disfrutar con ellos de una noche estupenda
para dar a conocer al numerosísimo público que se hallaba concentrado en el recinto algunas de
las joyas del cielo observándolos a través de telescopios y binoculares.
El
Dolmen de Soto, datado entre el 3000 y el 2500 a.C.- es uno de los más
importantes monumentos megalíticos
descubiertos en la provincia y en el sur de España. En 1931 fue declarado
Monumento Nacional y podemos asegurar que se trata de una joya
de la arqueología megalítica que se muestra en todo su esplendor tras su acertada
rehabilitación.
La orientación del dolmen permite que los
primeros rayos de sol en los equinoccios, avancen por el corredor y se
proyecten en la cámara durante unos minutos. Esta orientación levante-poniente
permite que entrase la luz solar , momento que para los habitantes del
neolítico constituiría un ritual cargado de simbolismo, ya que creían que la
luz de la mañana purificaba y podía hacer renacer a sus difuntos, por eso los
muertos eran enterrados en dólmenes con
los rostros mirando sistemáticamente hacia la salida del Sol.
Hace
unos años nuestro querido y recordado compañero Eduardo Fuentesal encabezó una
investigación arqueoastronómica llevada a cabo
junto con otros miembros de la Asociación, determinando que posiblemente
en fechas tan tempranas como el final del Neolítico y principios de la Era del
Cobre, este núcleo de población del sur de la Península Ibérica tenía
conocimientos astronómicos, dejándolos grabados en piedra.
El
dolmen contiene símbolos debidamente interpretados por los arqueólogos como
figuras que representaban personas, flechas, etc. Pero en la losa nº 31 de la
pared Izquierda aparecen unos puntos grabados en la piedra a los que
denominaron “cazoletas”. La disposición de algunas de estas “cazoletas” les recordó inmediatamente las constelaciones
de Tauro y Orión. El Dolmen de Soto servía pues también como calendario ya que se trataba de una civilización de
agricultores y ganaderos, y saber la fecha del equinoccio de otoño era
fundamental para comenzar la siembra en los campos.
Después de vivir una experiencia enriquecedora que desearíamos repetir, en la que la organización municipal fue impecable y el comportamiento del público fue modélico, nos quedó la enigmática satisfacción de saber que en la actualidad, al igual que el hombre del neolítico (perdido en la noche de los tiempos), nos seguimos sintiendo atraídos por un firmamento que nos subyuga con su belleza indescriptible.
Texto: Paco Tello
Preciosa Acta de la noche, Paco. Sentí mucho no poder ir pero espero haya una próxima ocasión y además para ver la salida del sol.
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