Desde
ayer día 13 y hasta el próximo día 20 noviembre, nos encontramos dentro del
periodo de actividad de una nueva lluvia de meteoros: las Leónidas, cuyo máximo se espera para la noche del 16 hasta el
amanecer del día 17, incluso se puede alargar hasta la madrugada del día 18.
El origen de esta lluvia es el rastro
de polvo dejado por el cometa
Tempel-Tuttle, cuyo
orbita de tránsito por nuestro sistema
Solar se produce cada 33.2 años. Su último paso fue en el año 1998 alcanzando
el día 28 de Febrero su punto más cercano al Sol.
Ernst Wilhelm Liebrecht Tempel (Marsella,
Francia) descubrió este cometa en el día 19 de Diciembre 1865, en las proximidades de la estrella Beta
Ursa Majoris. Lo
describió como un objeto circular con una condensación central y una cola de 30 minutos de arco de largo. De forma independiente Horace Parnell Tuttle desde el Harvard College
Observatory, Cambridge, (Massachusetts)
registro también este cometa el 6 Enero
de 1866. De ahí su nombre, Tempel/Tuttle.
Su radiante se sitúa en las estrellas que forman la figura de la
cabeza del León (Leo).
Recordando
un poco de historia sobre esta lluvia diremos que en el año 1799 la tormenta de
meteoros duró cuatro horas; el 13 de Noviembre de 1833 se produjo una lluvia
con una duración de aproximadamente seis horas con un número de 240.000
meteoros/horas.
Representación artística de las tormentas de meteoros de 1833 y 1866
En
fechas más recientes destacamos la lluvia que tuvo lugar durante la mañana del
17 de noviembre de 1966 en la que fue unas de las mejores tormentas de meteoros
de los tiempos recientes; la tasa fue de unos 100.000 meteoros por hora durante
15 minutos. También el día 18 de Noviembre de 1999 la taza se elevó a unos 1000
meteoros horas, siempre durante un periodo corto de tiempo.
En
años normales, las Leónidas producen tasas del orden de diez a quince meteoros
por hora y bajo buenas condiciones de cielo oscuro. Estos meteoros son en
general de color rojizo , muy rápidos (unos 255.000 kilómetros/hora) y
frecuentemente dejan tras de sí una estela de color verde que persiste en el
cielo durante unos segundos.
Este
año, la Luna en cuarto menguante estorbará
levemente la visión de esta lluvia.
Las
recomendaciones habituales que damos
para este tipo de efemérides son: alejarse de los núcleos urbanos, buscar un
lugar oscuro y seguro, abrigarse si el tiempo lo requiere y disfrutar de una
nueva lluvia de estrellas.
Buenos cielos y buena suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario