Crónica
de la salida n° 1 del año 2015
El
día 10 de enero teníamos planeado una observación como así sucedió. Los
presentes en esta ocasión fueron siete magníficos, bueno seis y un servidor:
Carmelo, dos Pacos, Ramón, Luis Viana y Alfred, esta vez disfrazado de
fotógrafo debido a una lesión en el hombro, espero que vaya de paso compañero.
Llegamos
temprano y no sólo por lo pronto que anochece, que también, sino que las ganas
después de tanto tiempo en el dique seco hacen que uno este desde que se levanta
ese día pensado en el devenir.
El
tiempo, ¡ay el tiempo!, que otoño hemos
pasado, esperemos que el invierno sea menos vehemente y nos deje
"bucear" en más de una ocasión por multitud de objetos que brillan
como las luces de los diamantes en este océano tan oscuro,...la humedad nuestra mayor enemiga en esta ocasión
quiso respetar nuestras ganas de observar, las nubes fueron algo más perezosas
en abandonarnos pero finalmente lo hicieron dejando entrever las maravillas que
nos esperaban. Por cierto hablando de maravillas, las que trae D. Francisco
Tello,...chocolate, vino y dulces, ay! Paco si hubieses sido uno de los Reyes
Magos...como hubiese cambiado la historia.
Carmelo,
el gran capitán, poco pudo observar pues a pesar de haber montado su telescopio
quiso poner en estación la montura de otro de nuestros compañeros que se
resistía por demás, lo que pone de manifiesto al margen de su gran generosidad,
lo complicado que resulta a veces este mundo y es que cada montura puede llegar
a ser un mundo.
Luis
Viana venía como de costumbre con un plan de estudio predeterminado, en esta
ocasión estuvimos echando una mirada a Alnitak, un sistema triple del cinturón
de Orión. Pudimos con cierta facilidad ver las tres estrellas que lo forman.
Algo más difícil resultó observar la quinta estrella de un sistema quíntuple
que habita en la misma constelación su estrella de referencia es sigma Orionis.
Un objeto que merece la pena apuntarse para darle una segunda oportunidad.
Ramón,
fue el último en montar su S/C de 8" y es que como digo no se fiaba de
esas nubes que en principio nos hizo pensar que habíamos hecho el viaje en
vano.
Por
mi parte he de decir que mi objetivo fundamental aunque no el único era probar
la montura, ya que en noches anteriores y desde mi casa me había estado dando
problemas y es que se me quedaba "gripada" sin motivo aparente. La
cuestión parece estar ya clara, se trata del bisinfin, el cual cuando hace
mucho frío se contrae contra la corona y hace que los motores no puedan moverlo.
Habrá que pensar en una bufanda para la "monturita". Del tubo que
decir, no me ha decepcionado en absoluto. Pude haberme llevado toda la noche
extasiado con la imagen que me brindó de la Nebulosa de Orión. La imagen de
gran campo que pudimos ver con los 102º del Nikon 14 era simplemente sublime.
Quisimos ver si esas cuatro estrellas del trapecio eran algo más y vaya si lo
eran, claramente se nos reveló las 6 estrellas que casi todo astrónomo amateur
busca en ella cuando enfoca a este objeto. No quiero dejar pasar la oportunidad
de decir a modo de "machada", que ahí había más de 6 estrellas,
verdad amigos, en fin imaginación o no es algo que contaré a mis nietos. “Pues
yo en una ocasión pude ver más de..." quien sabe.
Una
vez se pasó la emoción del momento fue Paco quien me pidió que alumbrara M1, la
nebulosa del cangrejo, quizás esperábamos algo más pero la verdad es que
podríamos haberla llamado la nebulosa del "algodón de azúcar", así
que de cangrejo nada de nada, hay que ver que imaginación tenían estos
antepasados nuestros.
Fue
Paco el primero en abandonar la nave, y no porque quisiera, sino por sus pequeños
problemas físicos. Gracias Paco por "alimentarnos" la noche y no sólo
por las viandas que siempre traes sino por tu impagable compañía.
Seguidamente
se marchó Carmelo y su concubino, los cuales no cesaron en su empeño durante
toda la noche de domar la montura que les hizo quebrar la cabeza. Tranquilo
Paco R, ...lo que no consiga Carmelo.
Finalmente
los últimos en abandonar el lugar fueron Luis Viana y Alfred que estuvieron
fotografiando nuestra esperada que no deseada Luna.
Ramón
y un servidor nos fuimos penúltimos no sin antes haber comentado lo maravilloso
y mágico de aquel lugar.
Sin
duda una noche más inolvidable junto a compañeros que comparten esta pasión tan
grande.
Gracias
a todos y un abrazo, hasta la próxima.
Antonio
Conde
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