jueves, 8 de septiembre de 2016

ASENTANDO CONOCIMIENTOS BASICOS SOBRE MANEJO DEL TELESCOPIO….

Observación de la noche del 2 al 3 de Septiembre

Por Alfredo García

De nuevo a la aventura de la observación y pasar un buen rato en compañía de amigos geniales. Esta vez con más ganas aún que la anterior, curiosa esta afición cuyo interés al menos en mi es un pozo sin fondo. Tras una ruta sin incidentes en el tráfico, aunque con bastante movimiento, llego a la zona elegida para esta ocasión especial: La Picota. :-) Me encuentro que ya estaban, a eso de las 8 y poco, los primeros peregrinos al sol, como si nada, a pesar de que la temperatura era elevada aún. Bueno, como si nada no, pues me dicen que hacía bastante calor, y que empezaban a notar en ese instante algo de más fresco, será porque llegué yo que soy un fresco... bromas aparte. Tras saludar a los colegas me dispongo a montar el equipo para no andar con jaleos posteriores, aunque los hubo también.


Mi objetivo para esa observación, fue principalmente el telescopio, intentar conocerlo un poco mejor pues desde hace algún tiempo noto que presenta vibraciones que hacen muy molesta la observación y prácticamente imposible fotografiar. Así que con paciencia y mi caña, me puse a intentar hacer una puesta en estación en condiciones, sabiendo lo que hacía y porqué lo hacía, practicar la colimación para ajustar bien la imagen y finalmente si había tiempo algo de observación y por qué no, alguna fotillo.

La puesta en estación me sirvió para darme cuenta que el tornillo azimutal izquierdo de la montura no enroscaba bien, y tras varios intentos me olía que la rosca se podía haber pasado. Confirmé la "calamidad" con Carlos, a quien desde aquí agradezco toda la atención que me prestó por la noche pues fueron varias las consultas que le tuve que hacer. Estupendo maestro esa noche para acercarse sin miedos a esto de la mecánica y bricolaje astronómico. Continuo con el periplo... tras liarme un poco ajustando el trípode a la montura, el azimut, la altura (declinación), y el láser con el telescopio consigo entender algo mejor el mecanismo, pero me doy cuenta que para ajustar con la polar hay que ser un poco más metódico y ordenado para evitar tener que hacer movimientos con el telescopio ya montado, más que nada porque pesa un "huevo". El caso es que por más que lo intentaba no ajustaba bien el láser a la polar porque todo el sistema ajustado con los mandos de azimut y altura se me desajustaban al apretar el tornillo que sujeta la montura al telescopio... Al final con más maña que otra cosa, objetivo conseguido. En el proceso de puesta en estación, le pido a Antonio el ocular reticulado para intentar centrar con la mayor precisión posible las estrellas que seleccionara en este procedimiento, y sinceramente fue una experiencia muy esclarecedora porque lo que tú crees que es el centro, no lo es, y claro, eso implica añadir un error en el mapa que crea la computadora a la hora de estacionarse. Tal vez cosas de las monturas ecuatoriales sin GPS y esas cosas, pero superables... En fin, que aunque también iba con la idea de probar ese gran ocular y comprarlo a Antonio, el hecho de no haber aún probado con el buscador de la polar y la idea de que la montura ahora requiere de más atención, finalmente decido esperar un poco antes de comprarlo. Desde luego es toda una ayuda ese tipo de oculares para centrar estrellas. Antes o después creo que lo compraré pues es una lanza más a favor de una buena puesta en estación, sobretodo con vistas a la astrofotografía.

Mientras tanto,  al llegar Paco Tello al recinto tuvo la circunstancia de que se dejó las llaves dentro del coche. Pero el compañero Paco Molina se ofreció a llevarlo a su casa para recoger otra llave. Así que Paco, desde ahora, prohibido salir del coche sin las llaves en la mano. Seguramente no le volverá a ocurrir...

Tras ponerlo en estación, un buen bocata, alguna charla con algún que compañero, me pongo al siguiente objetivo. Repasar bien el proceso de colimación...  y objetivo conseguido también. Compruebo a distintos aumentos, y muevo a conciencia los tornillos de Bob que instalé para mayor comodidad en este proceso. Finalmente observo que los anillos concéntricos de difracción están todos en el centro y consigo estrellas puntuales. Creo que colimar es cuestión de un poco de paciencia y de tornillos, se aligera mucho más que colimando con llaves Allen. De hecho es tan fácil que casi lo incluiría en el procedimiento de comprobación de cada salida.

Y finalmente me decidí a observar un poco. Como no llevaba un plan de observación, decido sumarme a la excursión de dobles en la que estaba Luis Viana, y tras varias de ellas, que señalará él en su crónica, opto por hacer una visita a M33, que allí estaba, débil pero bonita, Urano y Neptuno, tras los cuales, observo que al mover el cable el telescopio no va donde yo le digo... tenía que volver a poner en estación. Sin problemas, dicho, y... oh oh, la batería ya no daba para más. Compruebo de nuevo que no hay nada más que hacer, tras unas cuatro horas y poco encendida se queda frita. Ya es la segunda vez que lo hace, será la última.

Tras la charla de despedida con los que quedaban, recojo bártulos y pasadas las 5 de la mañana de vuelta a casa.

La noche estuvo muy bien, quizás al principio un poco más difusa, mejorando con el paso de las horas. Y en cuanto a la temperatura, para mí, genial, pues se podía estar en mangas cortas sin frío a última hora.

Deseando ya que llegue el próximo fin de semana de observación.

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