El pasado sábado día 18, un
pequeño grupo de andromedanos decidimos, ya que la climatología nos daba una
tregua entre tantos días, semanas y meses de cielos pésimos, hacer una salida
rápida de observación, sin plan de trabajo previo. Había quedado con Paco
Molina para salir temprano y poner rumbo por primera vez en este año a la
Picota.
Salía con toda la ilusión del
mundo tras 4 meses de sequía y a la que además sumaba la alegría de poder estrenar mi nuevo “juguete”,
el Takahashi TASA 120.
Tras 50 minutos de viaje
llegamos a nuestro santuario astronómico, la Picota y nos dispusimos a montar
nuestros equipos; sobre las 19:30 llegó el compañero Luis Enrique con el que
nos fundimos en un gran abrazo.
Aunque había ensayado el
montaje de trípode-montura-tubo en casa pensaba que no sería lo mismo en la
Picota, pero me equivoqué, en menos de 30 minutos estaba listo.
A las 20:00 cuando ya
teníamos montados los telescopios llegó Lorenzo Cabaco con un acompañante, a
los que saludamos con alegría, pues hacia muchos meses que no nos veíamos. Tras
una pequeña ayuda de Paco Molina conseguí orientar el Takahashi a la polar y me
dispuse a alinear el láser.
A las 21:00 cuando la
oscuridad ya era completa, decidí cenar para tener el resto de la noche libre.
Y minutos más tarde estaba haciendo mi primera alineación, la cual conseguí al
segundo intento.
Aunque el cielo no estaba
muy limpio a partir de aquí me dediqué a la observación de distintos objetos
para ver cómo había quedado la alineación y para observar objetos diversos con
el nuevo aparato. Fueron cayendo estrellas dobles, cúmulos, y estrellas de distintos tipos. Entre una y
otra observación iba pasando por los telescopios de Paco y Luis para ir viendo
los objetos seleccionados e íbamos comentando nuestras apreciaciones.
Con la salida de Júpiter
todo cambió. Dejamos que subiera para poder verlo bien y sobre las 24:00
empezamos todos a alucinar con lo que veíamos. Al principio distinguimos 3
bandas del planeta de manera clara, pero a medida que fue subiendo en el
horizonte conseguíamos ver las perturbaciones atmosféricas de una de las
bandas, impresionante la imagen aunque el cielo no estaba limpio.
Sobre la 1:30 de la
madrugada, nuestra querida Luna asomaba un poco y todos decidimos observarla.
Paco decidió hacer algunas
fotos y yo probar la manera de que mi Ethos de 6 mm me hiciera foco, cosa que
al final conseguí.
Estuve hasta las 2:30
observando la luna y Júpiter, y llegó la hora de recoger para salir de la
Picota a las 3:00.
Sin lugar a dudas todos
coincidíamos, había sido una “gran noche."
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