Crónica de una gran
noche
Por Paco Tello
Como
bien relata mi amigo y compañero Carmelo, el pasado viernes 6 de Junio nos
citamos de nuevo para pasar unas horas juntos disfrutando de nuestra afición.
Se
tenía previsto que la asistencia de compañeros fuera mayor, pero unos por motivos laborales y otros porque los pronósticos del tiempo no
presagiaban buenas condiciones para esa noche, no pudieron o no se arriesgaron
a asistir. Por mi parte, ya puesto en camino y cerca de nuestro lugar
habitual de observación, el cielo cubierto de negras nubes descargó durante un
buen rato un chubasco que me hizo temer lo peor.
Pero
todo cambio con el paso de las horas y el cielo se despejó de tal manera que la
lluvia acaecida un par de horas antes, dejó a la vista un cielo espectacular cuajado
de estrellas.
El cielo se va despejando |
Después
de saborear el aperitivo con los compañeros Juan Domingo y Carmelo, y ya con
las primeras estrellas brillando comencé con mi primera tarea: sacar unas fotos
a todas las zonas del horizonte para calcular la altura en grados visible para
un evento que estamos preparando y que pronto daremos a conocer.
Ya con noche
cerrada y antes de que mis amigos se pusieran a trabajar a dúo, les pedí una
medición o cálculo de tiempo en la localización y captura de un par de objetos
de cielo profundo para el anteriormente citado proyecto.
Una
vez terminada esta parte, llegó la hora de la observación pura y por los oculares
de mí binocular fueron pasando:
De
la constelación de Canes Venatici
M63 Galaxia del Girasol, cuya localización me dio un poco de
trabajo ; una vez conseguida y observada me fue más fácil llegar hasta M51 la Galaxia del Remolino que se
presenta frontalmente, apreciando sus dos núcleos. De allí pase a M3, cúmulo globular de un tamaño de
media luna, fácil de ver y con la
apariencia de una bola de nieve, tal y como lo describen muchos observadores.
El
siguiente destino fue la constelación de Coma
Berenice para recorrer el cúmulo abierto Mel 111, con sus estrellas más brillantes en forma de V… todo un
placer volver a mirar este gran cúmulo. En Virgo,
M104 y a su lado el asterismo Jaws, muy curioso.
Hice
una parada en la observación de objetos de cielo profundo para contemplar una
bonita doble: la estrella alfa de Libra,
Zubenelgenubi, la principal de
color blanco-azulado y la secundaria amarillenta.
Continué
mí recorrido hacia el horizonte sur para observar M5 en la constelación de Serpens:
otro bonito cúmulo globular también de gran tamaño aunque muy tenue. Pasé a las
pinzas del Escorpión y pude ver los
dos clásicos globulares: M80 con una
ligera dificultad para localizarlo y M4
muy brillante y fácil de encontrar.
Como
parte del horizonte noreste lo tenemos tapado por un bosque de pinos y dada la
hora de observación Sagitario, Águila, y
Cisne aún no habían alcanzado la suficiente altura, mi siguiente parada fue en la
constelación de Lyra para ver M57.
La Nebulosa del Anillo a pesar de su
pequeño tamaño, se apreciaba perfectamente su forma y con un ligero color azul
grisáceo, así como el imprescindible
cúmulo abierto Stephenson 1, donde
destacan las estrellas Delta 1 y 2 de colores azul y rojizo.
Para
terminar mi observación fui a la Gran
Osa, para volver a deleitarme con la
visión de la Nebulosa de Bode M81 y M82 la Galaxia del Cigarro, dentro del mismo campo, y aprovechando las inmejorables condiciones del
cielo (se podía ver fácilmente a simple vista la estrella eta h de Osa Menor) un retillo pendiente: ver
por primera vez M101 Galaxia del Molinillo
o Molinete, que nunca había visto antes con
mis binoculares hasta esta noche.
Con
la satisfacción de haber completado todo el “trabajo” di por finalizada mi
jornada nocturna.
Todo lo que se necesita para una observación |
Un
cordial saludo, buenos cielos y buena suerte.
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