En
la tarde del pasado 30 de noviembre quedaron de acuerdo Belén, Pablo, Alfredo y
María Reyes, para reunirse con el grupo de Astronomía Andrómeda de Huelva, en
el sitio donde éste va habitualmente. Al llegar ya estaban casi todos y
aprovechaba PacoTello las últimas luces de la tarde para sacar fotos de los que
daban los últimos toques a la instalación de sus equipos.
Era
una buena hora de merienda, así que abiertas las mesas, las decoramos
convenientemente con delicia de dátiles-bacon; hojadrinas-ala-miel;
polvorones-almendrados-caseros; roscos-al-azúcar y un riquísimo vino-marca-del fotógrafo
que, vino el vino, a dar el punto definivino a tan divina merendola pues para
eso estábamos allí congregados, para pasar un buen rato admirando a las
divinidades de las alturas.
Casi listo y las ganas de comer son más.
Así
que una vez la oscuridad suficiente para empezar la excursión y provistos de
las listas que generosamente había sacado para todos Paco, empezamos por el
primer objeto: la estrella doble Alfa en Capricornio, preciosa. Una vez vista,
pasamos al siguiente objeto: la estrella doble Beta, asimismo en Capricornio,
distinguiendo muy bien el color anaranjado de la β1 y el azulado de la β2.
Saliendo
por la zona del pico de la misma constelación encontramos el cúmulo globular
M30 que me dio la satisfacción de localizarlo, primera vez que lo hacía, ya que
esta constelación me resulta algo difícil identificar su trazo y me tengo que
imaginar, para conseguirlo, como un mantoncillo de feria (sin flecos, claro)
colgado del firmamento.
Se
pasó a continuación a la zona de acuario que, —hay que tener imaginación para
según dicen su asterismo es una jarra vertiendo agua— y aunque mi imaginación
no me daba aquella figura, sí ganas de verter agua, así que alejándome un poco
me fui en busca del meade con lo cual me perdí la búsqueda de los objetos que
estaban señalados: nebulosa planetaria de La Hélice, la de Saturno y M2. Pues
sí, todo eso me perdí, porque por aquello del frío me había puesto mallas,
pantalón vaquero, otro polar, chaquetas con cremallera, en fin un vestuario
algo farragoso para cumplir con la tarea...
Cuando me
incorporé de nuevo al grupo ya andaban por Pegaso, que estaba en todo el
“craj-nuka” (Forges dixit) así que dándole a la manilla de mi trípode lo subí
todo lo que pude para poner mis 9x63 en vertical y asomándome conseguí
distinguir brevemente M15. Como ya estaba puesto en algunos telescopios pude
contemplarlo más cómodamente. Asimismo, pude contemplar también la galaxia
espiral en Piscis M74, que es conocida también como la del Abanico.
Tocaba luego
otra galaxia en una constelación llamada del Triángulo, la M33; ésta la
identifico muy bien porque se me figura una tapita de queso que está al lado de
la constelación de Andrómeda. Me la tapiñé rápidamente y pasé a desistir del
siguiente objeto: el cúmulo abierto en Andrómeda que me forzaba ya
excesivamente el craj-nuka. Pero si lo pude observar en varios de los teles de
los compis. También en uno de éstos, pude enviar un saludo al “hombrecillo” en
Perseo del recordado compañero Eduardo.
Habíamos
hecho un alto en la observación para sentarnos alrededor de una mesa y dedicar
su tiempo a los bocatas. El frío se había calmado bastante por lo que la tertulia
se hacía fácil y anecdótica contándose diversos sucesos que habían tenido
ocasión de observar algunos de los allí congregados, de lo que deduje que no
todo lo que se observa nos asombra y extraña tiene por qué estar en las
alturas; los que narraron, aunque muy extraños, sirvieron para que esta noche
se contaran al estilo ancestral, sentados en corro y si no al amor del fuego,
sí al del vinito y de la cena.
Una
vez se siguió la observación nos metimos de lleno en la zona de Pléyades, zona
maravillosa la de las hijas del titán Atlas y de la ninfa Pléyone, que inspiran
siempre al que la ve, sobre todo por primera vez, un ¡uaay, qué maravilla! En
mis 9x63 pude disfrutar ampliamente de su visión pues además estaban a una
altura comodísima. Posterior paseo por Melotte 25 o cúmulo abierto de las
Híades y Aldebarán.
Nos
aproximábamos a la constelación de Auriga y enseguida empecé a oír un jolgorio
y risas pues habían localizado Belén, Alfredo y Luis con las indicaciones de
Paco, el asterismo de la sonrisa del gato Cheshire que según dicen aparece y
desaparece en el cuento de Alicia; yo anoche por más risas y sorpresa con que
lo comentaban los mencionados, no veía tal sonrisa, pero de tanto fijarme por
ver si yo también ahora que describo el suceso, sí que puedo identificar dicha
sonrisa con la del famoso personaje del cuento. Otro cúmulo que me ayudaron a
identificar en el BT80 y en el Taka-Haschi fue el del ET, que antes tampoco
había conseguido reconocer, pero sí, es un muñequín con los brazos arriba y
piernecitas muy cortas.
A
estas horas yo ya tenía mis prismas protestones y andaba en lucha partida con
toas-las-manivelas del trípode que se habían empecinado en no dar más de sí y
se negaron a llevarme al asterismo del pequeño Delfín. Más vino en mi auxilio
el compi Alfredo que me desenredó el enredo de manijas y tuercas, me puso de
nuevo el trípode a punto con lo cual me pude ir cómodamente a la constelación
de Auriga, en la que pude detectar sin dificultad, los cúmulos M38, M36 y M37,
nombrados también como Estrella de Mar, y Molinete los dos primeros.
M1
Nebulosa del Cangrejo en la punta del cuerno de Tauro, reto para binoculares y
efectivamente no pude localizarla, pero sí verla en uno de los teles.
M35
cúmulo abierto en los gemelos, que es como un estallido de cohete de feria que
sí pude contemplar en el BT80, percibiendo además en el mapa de esta
constelación que aparecen dos figuras agarradas de la mano y en una de cuyas
piernas observé dicho objeto. También el Collinder 89 otro cúmulo abierto al
lado de M35. Esta constelación la identifico siempre por las brillantes Castor
(del lado de Capella) y Pollux (del lado de Procyon), pero no me he detenido
nunca por encontrarle la forma completa.
A
la vista estaba ya todo el hexágono del invierno con su potente arquero
dominador: Orión, al que le pude descubrir por primera vez dos nuevos objetos y
cuales son: un cúmulo en el brazo levantado, que según las indicaciones de
Paco, era la maza pero que no he identificado en el mapa; y el Collinder 70,
que rodeando a las tres estrellas del cinturón aparece como una preciosa lazada
que se enreda en Alnitak, Alnilam y Mintaka que en el campo de mi 9x63,
aparecían primorosamente adornadas.
Amplio
paseo por la espada que para la próxima salida ya con mi BT80, una vez dado de
alta de su accidente, podré descomponer en todo detalle.
Serían
aproximadamente las 24 h. y terminado ya el programa de observación recogimos y
vuelta a casa con Alfredo que iba delante, Belén y yo que le seguíamos y Pablo
a nosotras, que nos hizo ir muy seguras y a las 2 cada uno en su casita.
María Reyes
Tertulia en la espera de la noche
Todo dispuesto.
Una velada astronómica, encantadora Paco.Gracias por tu dedicación Paco, y por enseñarnos magistralmente el cielo, también gracias a los demás compañeros por su acogida, nos sentimos ya parte del grupo y aunque tengamos que desplazarnos bastantes más Km que ustedes, esperamos compartir con ustedes muchas salidas!! Abrazos
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