La Picota a 06 de Diciembre 2013
Relato de Carmelo Álvarez
A la caza de la Cabeza de
Caballo
En
esta observación extra, hicimos acto de presencia por la parte de Huelva: Antonio
Conde, Francisco Javier Álvarez y quien escribe Carmelo Álvarez, y desde
Cáceres: José Antonio Domínguez y Jesús Santamarta, que se pegaron el palizón
para estar con nosotros, algo más de 6
horas entre ida y vuelta.
Cuando
más atareados estábamos en el montaje de los telescopios, el amigo José Antonio
dijo que no podía continuar montando el suyo debido a que se había dejado
olvidado en Cáceres la cola de milano, es decir, la pieza fundamental que une
el trípode con el telescopio. En fin que los cinco nos dispusimos a observar
con los dos telescopios restantes, mientras que Fco. Javier andaba tirando fotos, para vernos retratados
en él blog.
Después
de estar observando por varias zonas del cielo (en especial Perseo) me centre de
lleno en la famosa nebulosa Cabeza de Caballo de Orión,
Barnard
33: Nebulosa Oscura, más conocida como Cabeza de Caballo. Descubierta en
Febrero de 1786 por William Herschel. El grado de opacidad es de mediana densidad.
De 6 minutos de arcos, se encuentra a una distancia de 1500 años luz de
nosotros. Se extiende por el sur de Alnitak en el Cinturón de Orión y se
encuentra por delante de la nebulosa de
emisión IC 434 que eso la hace visible con telescopios de medianos para arriba, pero con muchísima
dificultad. Con ocular Pentax de 40mm y 70 de campo aparente que me da 59
aumentos y 71.5 minutos de arcos y probando con varios filtros no conseguía ver
nada. Lo cierto que aún era un poco temprano y la nebulosa estaba baja en el
horizonte, pero yo siempre allí concentrado: como el cazador en su puesto, esperando
que llegue la presa y sin perder la esperanza de cazarla, después de varios
intentos fallidos en anteriores observaciones. A la vez que la nebulosa iba
subiendo por el horizonte y la noche se iba poniendo más oscura, yo seguía
probando con todos los oculares y filtros posibles y seguía sin ver nada de
nada.
Cuando
la nebulosa ya estaba en el punto más
alto y la noche bastante oscura, surgió como por arte de magia, la dichosa
Cabeza de Caballo en el centro del campo del ocular, con muchísima dificultad,
como el rio Guadiana que aparece y desaparece y que nunca mejor dicho “me traía
de cabeza”. Después de estar observándola con varios oculares, en especial el
Ethos de 21mm, el que mejor resultado me dio fue con el de menos aumentos: el
Pentax de 40mm y por supuesto con el filtro H Beta.
Aunque
la calificación que le doy es deficiente, eso no quita mérito a la nebulosa,
todo lo contrario, el solo hecho de haber conseguido verla con mis propios
ojos, eso sí con cierta dificultad, me hizo mucho más gratificante la
observación. También quiero decir que dos compañeros más también la vieron José
Antonio Domínguez y Francisco Javier Álvarez.
Bueno
y después de otra maravillosa noche más de observación, nos pusimos a recoger
los trastos y “pa” casita.
Saludos
cordiales y hasta la próxima observación
Fotos de Francisco Javier Álvarez
Las Pléyades: tiempo de exposición 2 horas y 22 minutos, sumados con imágenes de 30 seg. cada una
Cinturón de Orión y la espada: 32 minutos de exposición con imágenes de 30 seg. cada una
Relato de José Antonio Domínguez
Hola
a todos,
Ya
tenía ganas de regresar a La Picota para estar disfrutando del cielo en
compañía de amigos, la semana anterior me quede con ganas de ir pero me fue
imposible asistir; Aprovechando que en esta ocasión teníamos tiempo suficiente
por el puente, y viendo que se tenía pensado realizar una observación extra en
la Picota, pues no me lo pensé dos veces y me puse manos a la obra para
preparar el viaje.
Llame
a Jesús Santamarta por si se animaba, un buen amigo miembro de la Agrupación de
Cáceres, ya le había comentado en otras ocasiones de las bondades del cielo y
de la buena gente con gran afición que hay por la zona (es poco común en los
tiempos que corren) Jesús no lo dudo un momento y se lanzó a la aventura
conmigo. Salimos de Cáceres a eso de las 15:00 horas, y con la conversación, el
bonito paisaje de buena parte del camino, y que a mí me encanta viajar, pues
llegamos a la Picota casi sin darnos cuenta. Al llegar ya se encontraban allí
Francisco Javier, Carmelo, y Antonio Conde, otro gran aficionado y amigo en los
foros pero al que no tenía el gusto de conocer en persona, y bueno…una vez más
se confirma: los foros permiten conectar a gente de muy diversos lugares que
comparten afición, pero, nada como el trato directo, es seguro que volveremos a
coincidir mucho en los foros, pero también en La Picota.
Después
de saludarnos, comenzamos a montar el equipo: la G11, pesa y cableado, y cuando
me disponía a coger el Taka TSC 225 me percaté de que al telescopio le faltaba
algo…agggggg; Como dice Carmelo, se me olvido en casa la cola de milano que une
el telescopio con la montura G11, antes de salir pase lista mentalmente a todo
el material para que no se olvidara nada, pero claro, la cola de milano es algo
que siempre está puesta en la base del telescopio por lo que nunca se la tiene
en cuenta; El motivo de que no la tuviera es porque cuando llego el
Astrophysics 130 GT la desmonte del Takahashi para poder montar el 130 en la
G11, y claro, a mí ni se me paso por la cabeza el asunto. Normalmente tengo una
lista con todo lo necesario para cada equipo, pero en ninguna está incluida la
cola de milano, simplemente porque esta es parte inseparable de cada
telescopio, está claro que de ahora en adelante deberé incluirla también por si
acaso.
De
todos modos, y a pesar del despiste, ya disfrutamos un montón tanto
con el Celestron de Carmelo, como con el Takahashi TSA 102 de
Antonio. El buen diámetro del C 9,25 nos permitió adentrarnos en las
profundidades de objetos como el doble cumulo de Perseo en donde pude captar
(gracias a Carmelo) el asterismo de "EL Hombrecillo" bautizado
por el siempre recordado compañero, Eduardo Fuentesal, Habré mirado mil
veces este cumulo y nunca me había percatado de ese curioso
asterismo, supongo que por mi costumbre de ver el asterismo siempre en una
determinada posición, pues yo le denomino "el collar de
perlas" por su gran parecido, ese collar es solo una parte de "el
hombrecillo, concretamente la cabeza.
Asterismo Hombrecillo de Perseo foto tomada con el Zeiss Menisca 180 y Canon 450D.
También pudimos ver la delicada nebulosa del Velo, y
detectar la muy elusiva Cabeza de Caballo que tanto le trajo de
“cabeza” a Carmelo a lo largo de buena parte de la sesión, pero su
paciencia y conocimiento en objetos de cielo profundo dieron sus frutos y la
famosa nebulosa se rindió y puso al alcance de nuestros ojos su fantasmal figura,
eso sí, como bien dice Carmelo, con bastante dificultad.
El
Takahashi TSA102 de Antonio se encargó de mostrarnos de que material están
hechos los telescopios refractores de alta calidad: imágenes estelares
perfectas, con una transmisión y contraste sencillamente insuperables, pudimos
ver el trapecio de M42 con una resolución propia de instrumentos de mayor
diámetro, y sorprendió el que pudiera captar con tanta facilidad galaxias como
M81 y M82 y las débiles NGC3077 y NGC2976 que tantas veces pasan desapercibidas
para un gran número de observadores; con Bastante facilidad también se pudo
observar La nebulosa planetaria (M97) y la compañera por proximidad
visual M108; Júpiter también se mostraba precioso con gran número de detalles,
y a lo largo de un cierto tiempo podía verse como sus lunas se desplazaban,
unas en una dirección después de transitar, y otras, en dirección contraria
para dirigirse a la ocultación tras el planeta gigante. Y todo ello con el Takahashi
montado en una montura azimutal sin seguimiento, cuando Antonio lo haga
cabalgar a lomos de una buena montura ecuatorial, podrá sacarle más rendimiento
y ese pedazo telescopio le dará satisfacciones durante muchos años.
Después
de unas 6 horas de observación ya con las pilas bien cargadas, regresamos para
casa, el viaje de un tirón y sin muestras de cansancio, al llegar a casa aún
tuve tiempo para echar un vistazo desde mi observatorio al cometa Lovejoy, que
dicho sea de paso, está muy interesante y está haciendo algo llevadera la
ausencia del casi extinguido ISON
En
fin, una magnifica noche con buenos cielos, instrumentos de gran calidad, y una
compañía insuperable. Lástima que no pudieran estar todos los amigos, pero
entiendo que no siempre se puede salir.
Saludos.
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