Desde el
pasado 28 Diciembre de 2012 y hasta el 12 Enero de 2014, nos encontramos en
otro periodo de lluvia de meteoros: las Cuadrántidas.
El origen
No
se conoce con exactitud el origen de esta lluvia, pero según estudios recientes
la posible procedencia de esta lluvia de meteoros son los restos del asteroide
2003 EH1 o planeta menor 196256, (la misma fuente de las Gemínidas) asteroide que, a su vez, fue parte del cometa
ya extinto C/1490 Y1.
La
tierra cruza la órbita de este cuerpo celeste perpendicularmente, lo que hace
que esta lluvia de meteoros sea muy rápida. Entre 1820 y 1830 los observadores
del cielo fueron notando un
incremento en los primeros días de cada
año, de caída de meteoros y con el paso de los años (ya en 1839)
constataron que esta lluvia resultaba ser periódica.
Así,
la primera lluvia registrada de las Cuadrántidas ocurrió el 2 de enero de 1825 efectuada
por Antonio Brucalassi en Italia; el mismo día 2 de enero, pero del año 1835 esta
lluvia de meteoros fue observada por Louis François Wartmann en Suiza. Sin embargo no fue hasta 1839 cuando se sugirió que el fenómeno podría ser anual: Adolphe
Quetelet del Observatorio de Bruselas y Edward C. Herrick (Connecticut),
independientemente el uno del otro, lo hicieron después de estudiar el fenómeno durante un tiempo. Ya
en 1863 Stillman Masterman propuso un posible origen de esta lluvia de
meteoros.
La lluvia
Esta
lluvia, junto a las Gemínidas es de las más activas del año. A pesar de no
gozar de tanta popularidad como las Perseidas, no debemos dejar de pasar por
alto la superior particularidad de esta lluvia por la duración de los trazos en
el cielo: de 3 a 4 segundos, y su tasa/horaria puede llegar a los 120 meteoros
hora (Variable entre 60/200)
Según
el IMO su pico máximo se espera a las 19.30 T.U. del día 3 de Enero. Su
actividad se encuentra muy concentrada en ese
momento, siendo los meteoritos muy numerosos y brillantes, mientras que tanto en
los días previos y posteriores su tasa horaria y visibilidad es muy pobre.
La
velocidad geocéntrica de estos meteoros es moderada: unos 147.000 Km/hora.
La observación
Esta
lluvia de meteoros (como todas las lluvias) lleva el nombre de la constelación
donde se sitúa su radiante. En este caso la singularidad que la caracteriza es
que la constelación Quadrans
Muralis (del latín Cuadrante del Muro) en la cual se sitúa el radiante, ya
no existe. Las estrellas que componían
esta extinta constelación han sido integradas en la constelación del Boötes (El Pastor de Bueyes)
En
la noche y hora del pico máximo, desde nuestra latitud el radiante se situará
justo en la línea del horizonte norte, lo que hará que podamos perder la visión
de algunos meteoros, pero conforme avance la madrugada el radiante irá subiendo
sobre el horizonte y su visión mejorará. Mientras tanto la Luna que se
encuentra en el segundo día de fase creciente con un porcentaje iluminado muy
escaso, se ocultará casi a la vez que se produce el pico máximo de meteoros y
no influirá en su visibilidad. Solo nos queda que las condiciones
climatológicas nos acompañen para poder disfrutar de una buena lluvia de
estrellas.
Nuestras
recomendaciones como es habitual para este tipo de efemérides son:
- Alejarse de cualquier núcleo
urbano. Buscar
un lugar lo más oscuro posible, libre de fuentes de iluminación que puedan
dificultar la visión de los meteoros.
- Acomodar nuestra visión a la
oscuridad. Para
ello, necesitaremos un tiempo no inferior a 15 minutos para que la pupila
se adapte convenientemente.
- Ponerse cómodo. Si la zona elegida para
observar lo permite, tumbarse en el suelo sobre un saco de dormir o una
manta, o bien sentarse sobre una silla reclinable y sobre todo no
olvidarse de llevar buena ropa de
abrigo, en estas fechas las noches
son muy frías.
- Llevar algo de comida y
bebida caliente.
- No usar prismáticos ni
telescopios. A
simple vista se observará mejor,
pues tendremos más campo de visión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario