lunes, 24 de febrero de 2014

OBSERVACIÓN RELÁMPAGO.

Paco Tello.
El pasado sábado fuimos tan solo cuatros compañeros los que nos presentamos para la observación, Fco Javier, Luis Viana, María Reyes y un servidor, disfrutamos de la compañía, del ritual g-astronómico y de tan solo de un par de horas de observación.....pues pasado unos minutos de las 22.00, comenzó a caer una humedad tremenda que lo empapaba todo y tuvimos que recoger deprisa y corriendo.
Sin embargo este corto periodo de tiempo, lo pudimos aprovechar para trabajar en la nueva sección que el próximo mes comenzaremos a publicar: EL CIELO CON PRISMATICOS.


Luis Viana.
Bueno pues ahí va mi crónica minimizada y recortada por la humedad.
Llegamos Francisco J. y un servidor sobre las 18:30 comenzando a montar nuestros equipos y con un cielo en el que aparecían algunas nubes, que fueron disipándose con el paso de los minutos y el frío. Sobre las 18:45 llegaron Paco y Mª Reyes montaron sus equipos y después pasamos a degustar los increíbles y maravillosos pasteles que traía Paco, que ya sabemos quién los hace, con su vinito que nos hizo entrar en calor y una buena empanada que traía Mª Reyes. Sobre las 19:30 comenzamos a observar.
En mi línea de trabajo en cada observación, llegué preparado para aprender un par de nuevas constelaciones y a repasar las últimas que he ido aprendiendo recorriendo los principales objetos de las mismas.
Comencé observando júpiter para verificar el estado de la alineación, que después de dos intentos fallidos, a la tercera quedo perfecta.
Después pasé a ver el trapecio de Orión donde pude ver sus 6 estrellas. Acto seguido miré una doble en Can Mayor, Adhara, y me fije en la situación de la constelación para fijarla más. Pasé a reconocer por primera vez el Can Menor con sus dos únicas estrellas, Gomeisa y Procyon a la cabeza, siendo la 8ª estrella más brillante del firmamento.
Posteriormente hice un recorrido visual reconociendo en el cielo invernal las constelaciones de Perseo, Cefeo, Géminis, Leo, Tauro, Auriga y Pegaso con Andrómeda.
Acto seguido visualice por primera vez las constelaciones de Cáncer y Aries haciendo un recorrido rápido por sus principales objetos.
Para finalizar solo pude hacer un reconocimiento visual de Cetus y la Hydra que son las que aprendí en la última observación y me hubiera gustado hacerles un seguimiento más detenido pero la humedad empezaba a empapar el CPC 800 y decidí recoger hacia las 22:15. Solo 5 grados marcaba mi coche a las 22:30 cuando inicié mi   vuelta a casa, esta vez  sin percance que reseñar.

Francisco Javier.

Mi plan de trabajo fue con la montura ecuatorial NEQ5 y la cámara Canon 400D colocada encima para alargar los tiempos de exposición,  lo demás requisitos lo tenía ya listo, un intervalómetro dentro de la cámara y un nuevo sistema de batería para que la cámara aguante unas 11 horas.
Con las tres opciones ya disponibles que me permite disparar al cielo con varios minutos de exposición, comencé la tarea y los objetivos eran dos.
El  primero  las Pléyades, y este es el resultado:
Son 200mm de focal, ISO de 400 y con tomas de 3 minutos de exposición, hasta llegar a un total de 63 minutos.

El segundo objetivo, era la constelación de Orión al completo, mi propósito  era llegar hasta las 2 horas de exposición, solo llegué  a 40 minutos  por la intensa humedad que se nos vino encima en cuestión de minutos y no lo pude cumplir, pero este es el resultado:
Con 55mm de focal, ISO 200 y tomas de 10 minutos.


Espero terminar el trabajo la próxima semana.

María Reyes Hereza
Una vez más, ayer, 22-2-14, tuve ocasión de pasear por el “Hexágono del Invierno” que, espléndido, lucía en todo el cenit de la bóveda de la Picota, en la que nos hallábamos: Luis, Francis, Paco y la que esto narra, María Reyes.
En la entrada del citado lugar me encontré a las hijas del titán Atlas y Pléyone: las Pléyades: Alcione, Mérope, Electra, Celeno, Taygeta, Maya y Astérope,  que, agrupaditas estaban detrás de Tauro...
_hola preciosas, les dije ¿Qué hacéis ahí tan asustadas?
_es que no podemos pasar por delante del Toro porque como nos vea con su gran ojo, Aldebarán,  nos embestirá y separará.
_No temáis, les dije, porque anda por ahí Orión, el cazador, con cuyo potente hombro, Betelgeuse, tensara su arco y de un flechazo terminará en un pis-pas con todo aquél que ose hacernos daño.
_Sí, pero es que en sus perros de caza lleva un Can Mayor y también nos asusta uno, Sirio...
_No temáis, les dije,  porque él sólo se ocupa de brillar intensamente y ni siquiera os verá.
_Es verdad, me replicaron; pero está el otro Can Menor, con Proción que le va a la zaga...
_Cierto, añadí, pero al lado hay dos guapos Gemelos que os defenderán y reconoceréis enseguida, porque uno de ellos el llamado Pólux, está al lado de Proción (P y P) y el otro, Castor está del lado de Capela (C y C),  que así se llama el Auriga y amable, os montará a todos en su carro, para pasearos en esta noche tan magnifica hasta llegar a Rigel, el pie del cazador dispuesto para de una patada, alejar todo peligro.

Más tranquilas quedaron y seguí con otros menesteres cuales fueron el buscar algunos asterismos o ngc’s, y sacar sus bocetos en mi cuaderno de campo, aderezando de cuando en cuando con un dulcísimo traguito de un néctar del Condado y pastel de la despensa de Paco, que generoso nos repartía a todos.

Cuando la humedad empezaba a hacer de las suyas, recogimos y a la hora, en casa.


Fue una observación relámpago.


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