Como
continuación a nuestro artículo del pasado 21 de Febrero sobre la alarmante noticia del asteroide 2000 EM26, y
su paso rozando a la Tierra, ampliamos
los conceptos del por qué necesitamos conocer con seguridad las órbitas de
estos visitantes del espacio.
Recreación artística
La
primera pregunta que nos hacemos cuando leemos o escuchamos noticias sobre
posibles acercamientos o impactos de estos asteroides , de los que no se sabe
con exactitud su trayectoria es: ¿Por qué no se les sigue durante más tiempo
para definir mejor la órbita? La respuesta es que esos asteroides son objetos pequeños ( alrededor de varios
centenares de metros) que solo están al alcance de los grandes telescopios en
periodos de una a varias semanas que es cuando se acercan o cruzan la órbita de
la Tierra; en cuanto su trayectoria se aleja un poco, su brillo se debilita
rápidamente y dejan de estar al alcance de los telescopios, por esta razón no
se puede seguir de manera más continuada este tipo de objetos.
Otra pregunta que nos hacemos leyendo el anterior artículo ¿Por qué nos
conviene conocer su órbita?: pues porque conociendo con precisión su órbita
podremos saber en qué momento se cruzará con la órbita de la Tierra y también
sabremos en qué punto exacto de esa órbita la cruzará. Claro que estos dos
factores dependerán de la calidad en la que conozcamos la órbita del objeto.
Simplificando: nos permite saber por dónde pasará y en qué momento para así definir
el lugar y el momento futuro.
A
veces, cuando se descubre un asteroide y se calcula su órbita de manera
preliminar, ocurre que esas líneas rojas, (ver imagen) tocan la órbita de la
Tierra; entonces el Minor Planet Center envía aviso
a todos los observatorios para que sigan con más asiduidad a ese asteroide en
concreto, y es justo en ese momento, cuando de forma inexplicable la noticia se
filtra a los medios de comunicación , dando así lugar al típico alarmante titular
como por ejemplo : “Un asteroide va a chocar con la Tierra en el 2025”.
Recreación de órbitas.
Lo
normal en estos casos es un seguimiento exhaustivo a ese “nuevo” asteroide y con el paso de los
meses y sobre todo años, este aviso o alarma preliminar desaparece ya que el
paso del asteroide por ese punto de la órbita de la Tierra, en el cálculo
previo, se adelante, atrase o ni siquiera se llegan a cruzar de cerca.
Hay
dos organismos que actúan de manera paralela y utilizan los datos que el MPC recibe. Estos dos organismos son el
NEODYS-2 en Europa que depende de la
universidad de Pisa y la ESA, y el JPL
en EE.UU., que depende de la NASA. Estos
se encargan continuamente de calcular los posibles impactos o acercamientos de cualquier
asteroide en cualquier momento futuro. Cada uno de ellos en sus páginas web
tienen la denominada "lista de riesgo" que teóricamente es donde los
observatorios (profesionales o aficionados) consultamos para ver en qué
momento-fecha esos asteroides están "visibles o al alcance" para
nuestros equipos y en ese momento de "visibilidad" poder medir su
posición en el cielo y con los datos tomados se pueda recalcular su órbita de
manera más precisa.
La
web de riesgo del Neodys-2 :
La
web de riesgo del JPL:
Un
apunte, hasta el día de hoy se tiene registro de un total de 638.000
asteroides, de los cuales a 387.000 se les conoce su órbita con precisión,
estando situados la gran mayoría en el cinturón
de asteroides (entre las órbitas de Marte y Júpiter), de estos unos 11.000
son Neos (Objeto cercano a la Tierra) y solo a 1600 todos ellos se les conoce
su órbita con precisión.
En la madrugada del 10
Febrero un asteroide del tamaño de unos 400 metros (2006 DP14) se paseó por
nuestro sistema solar. Imagen facilitada por la NASA de una secuencia de
imágenes de radar, del asteroide lograda con la antena de 70 metros de diámetro
del programa Deep Space Network en Goldstone, California.
Concluyendo:
en la actualidad observamos que nuestro problema radica en que
existen muchos asteroides que no se han descubierto todavía o/y aquellos
de los que solo conocemos datos muy
escasos o insuficientes. La vida en la Tierra tal y como la conocemos depende
de un equilibrio tan delicado que hace más importante aún la tarea (en muchos
casos anónima) que astrónomos profesionales y amateurs realizan, vigilando tenazmente el cielo ante la
aparición de asteroides: esos visitantes
tan incomodos…
Texto: Fco Javier Alvarez y Paco Tello
No hay comentarios:
Publicar un comentario