domingo, 8 de septiembre de 2013

FUE UNA NOCHE PRECIOSA


.....temperatura muy buena y cuando las alturas empezaron a encenderse, comenzamos a ver objetos sin gran dificultad. El grupo al que nos habíamos unido, numeroso y cordial, cada uno andaba ya al montaje de sus aparatos. Una vez hecho esto empezaron a ocuparse dos o tres mesas no con maletines, oculares y artilugios, no, sino con ricas viandas que empezaron a salir de los generosos maleteros de algunos coches: empanadas, ensaladas, aliños, quesos y una riquísima repostería que ¡ay de mí! apenas pude probar por tener algo averiadas mis digestiones. Una vez convenientemente despachado tan rico ágape, la sesión de observación quedó abierta con un plan que habían preparado varios asistentes y que casi, casi, era una media maratón Messier ya que eran como 50 objetos, muchos de ellos NGC.


Se empezó, conjuntamente, por Escorpio que escudriñamos a gusto; luego seguimos por Sagitario cuya riquísima zona nos dejó, como siempre estrellados; fuimos entrando al cenit y ya allí mi craj-nuca me aconsejó que me pasara a Casiopea que era más cómodo para mí y mi quevedo (BT80), así que dejando plantado al triángulo veraniego, entré en dicha constelación que ya hacía un rato se veía ampliamente, tanto que entre ella y Perseo pude distinguir las dos nubecillas del doble cúmulo. Dirigí allí el bino para encontrar este objeto, de los más bellos, a mi entender.
Andaba recreándome en él cuando me percaté de que algo, allí dentro, andaba haciéndome señas para llamar mi atención. Una vez la tuvo, va y me dice:
 “¡Encantado de conocerte María Reyes!”

─Y, ¿cómo sabes que ese es mi nombre?─

“Porque yo ya estoy en un tiempo eterno, en el que nada está oculto”

─Entonces, ¿sabes que hemos venido a rendir un homenaje “in-memorian” a un gran compañero?..Yo no lo conocí personalmente, pero sí que pude oírlo en su espacio “gazpacho galáctico” y era una delicia hacerlo... vivía plenamente esta afición─

“Pues sí sé de quien me hablas, no me resulta desconocido, lo tengo muy cerca y en su gran afición buscó un asterismo aquí justo en este doble cúmulo, al que nombró con el nombre que yo usaba cuando estaba ahí donde tú estás. Aquí ahora se me conoce como “el Hombrecillo de Perseo” y me he dejado ver esta noche porque sé que habéis venido un grupo de compañeros  que me añora...












   


─ ¡Ah, entonces... ¿entonces estoy conversando con Eduardo, con Eduardo Fuentesal?─

“Para ti sí, pero yo ahora, como te decía antes, estoy en un universo eterno en el que apenas soy un nano-átomo en esta grandiosidad que tanto me atrajo; tampoco conversas en hecho sino que lo estás haciendo desde tu pensamiento en ese sentir astronómico-filosófico tuyo, ya que sé que el 1º es el que te llevó al 2º y que cada noche que miras hacia arriba, te sigues haciendo las mismas preguntas y planteamientos que, hace miles de años, se hacían ya los hombres en Grecia: “Nuestro mundo no es único y un día desaparecerá pero volverá a resurgir”... ya ves, eso lo sabían ya ellos sin medios, telescopios u otros artefactos... pero en fin, no has escogido mal camino para seguir haciéndote preguntas, preguntas a las que no encontrarás respuesta en esa maltratada Tierra”

─Y ¿por ahí las has encontrado tu ya?─

“Pues sí, pero quizá te siga todo resultando inexplicable... esto es tan infinito que vuestras medidas y conceptos no tienen nada que ver con los de aquí y además...”

─A esto que mi craj-nuca─ me dio aviso, pues Perseo se había puesto en posición difícil para quevedo y con gran pena pude gritarle: ¡adiós, adiós, “Hombrecillo de Perseo”, volveré otro día, volveré! "

María Reyes.




3 comentarios:

Manuel LTC dijo...

Hay mas noches en las que coincidir para seguir escrutando la oscuridad. Saludos :)

Anónimo dijo...

Esta crónica astronómica escrita desde el corazón, denota la sensibilidad de la autora como muestra de respeto hacia una persona desconocida para ella, pero que la hubiera conquistado con tan solo saludarla. Así era Eduardo...una persona encantadora; seguro que también tú habrías aprendido mucho con el. Gracias Maria Reyes por tus palabras.

edwin prieto dijo...

maravillosas palabras Maria Reyes en honor de eduardo. hermano te extrañamos desde los cielos bogotanos de Colombia