lunes, 9 de marzo de 2015

CRÓNICAS ANDROMEDANAS

Por Sara y Javier

Después de varios meses sin poder acudir con mis compañeros a las tan deseadas noches de observación, al fin llego el día. Por cierto el día empezó mal, incluso llegó a llover, pero afortunadamente y tal y como decían las predicciones de nuestro maestro Carmelo,  despejó a medio día. Llegamos los primeros,  hicimos unas fotos a los preciosos paisajes y luego fueron llegando el resto de compañeros.
Paco llevó unas deliciosas orejas  y su típico vinito para ir abriendo las pupilas y yo las acompañé con un hornazo.  Al final el día concluyó con una espléndida noche, (un 4 de 5 según la media picotera), y ahí empezó nuestro momento. Mientras oscurecía, podíamos apreciar a la luna  junto a Venus y Marte. Una delicia para la vista.
No era una observación cualquiera para nosotros. Fuimos con la ilusión de estrenar nuevo trípode para nuestros binoculares, cumpliendo todas nuestras expectativas.
En principio, intentamos hacer el plan de observación que  preparó Paco Tello para el mes de Enero al que no pudimos asistir, pero  los objetos a observar estaban demasiado elevados y decidimos tener una noche más cómoda con los objetos programados para este mes de Febrero.
Empezamos metiéndonos en la constelación de Monoceros para contemplar sus cúmulos, empezando con la NGC 2264, (el árbol de navidad) el cual al principio no le veía mucha la forma, pero después de observarlo unos minutos más, lo acabé viendo claramente. Seguimos con el listado y uno tras otros fueron  pasando por mis binoculares. Luego nos metimos en el NGC 2548 M48 donde supuestamente deberíamos apreciar una fuente, pero no conseguimos sacarle la forma. Acabé con la conclusión de que más que una fuente, parecía un corazón.
Terminamos la noche haciendo un repaso a los objetos ya visualizados con el fin de automatizar su localización.

Esperemos que los meses venideros sean generosos con nosotros y nos ofrezcan buenas y  despejadas noches de observación. 
Hasta muy pronto.

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