miércoles, 4 de diciembre de 2013

DE EXCURSIÓN POR LOS CIELOS

En la tarde del pasado 30 de noviembre quedaron de acuerdo Belén, Pablo, Alfredo y María Reyes, para reunirse con el grupo de Astronomía Andrómeda de Huelva, en el sitio donde éste va habitualmente. Al llegar ya estaban casi todos y aprovechaba PacoTello las últimas luces de la tarde para sacar fotos de los que daban los últimos toques a la instalación de sus equipos.
Era una buena hora de merienda, así que abiertas las mesas, las decoramos convenientemente con delicia de dátiles-bacon; hojadrinas-ala-miel; polvorones-almendrados-caseros; roscos-al-azúcar y un riquísimo vino-marca-del fotógrafo que, vino el vino, a dar el punto definivino a tan divina merendola pues para eso estábamos allí congregados, para pasar un buen rato admirando a las divinidades de las alturas. 
Casi listo y las ganas de comer son más.
 Así que una vez la oscuridad suficiente para empezar la excursión y provistos de las listas que generosamente había sacado para todos Paco, empezamos por el primer objeto: la estrella doble Alfa en Capricornio, preciosa. Una vez vista, pasamos al siguiente objeto: la estrella doble Beta, asimismo en Capricornio, distinguiendo muy bien el color anaranjado de la β1 y el azulado de la β2.
Saliendo por la zona del pico de la misma constelación encontramos el cúmulo globular M30 que me dio la satisfacción de localizarlo, primera vez que lo hacía, ya que esta constelación me resulta algo difícil identificar su trazo y me tengo que imaginar, para conseguirlo, como un mantoncillo de feria (sin flecos, claro) colgado del firmamento.
Se pasó a continuación a la zona de acuario que, —hay que tener imaginación para según dicen su asterismo es una jarra vertiendo agua— y aunque mi imaginación no me daba aquella figura, sí ganas de verter agua, así que alejándome un poco me fui en busca del meade con lo cual me perdí la búsqueda de los objetos que estaban señalados: nebulosa planetaria de La Hélice, la de Saturno y M2. Pues sí, todo eso me perdí, porque por aquello del frío me había puesto mallas, pantalón vaquero, otro polar, chaquetas con cremallera, en fin un vestuario algo farragoso para cumplir con la tarea...
Cuando me incorporé de nuevo al grupo ya andaban por Pegaso, que estaba en todo el “craj-nuka” (Forges dixit) así que dándole a la manilla de mi trípode lo subí todo lo que pude para poner mis 9x63 en vertical y asomándome conseguí distinguir brevemente M15. Como ya estaba puesto en algunos telescopios pude contemplarlo más cómodamente. Asimismo, pude contemplar también la galaxia espiral en Piscis M74, que es conocida también como la del Abanico.
Tocaba luego otra galaxia en una constelación llamada del Triángulo, la M33; ésta la identifico muy bien porque se me figura una tapita de queso que está al lado de la constelación de Andrómeda. Me la tapiñé rápidamente y pasé a desistir del siguiente objeto: el cúmulo abierto en Andrómeda que me forzaba ya excesivamente el craj-nuka. Pero si lo pude observar en varios de los teles de los compis. También en uno de éstos, pude enviar un saludo al “hombrecillo” en Perseo del recordado compañero Eduardo.
Habíamos hecho un alto en la observación para sentarnos alrededor de una mesa y dedicar su tiempo a los bocatas. El frío se había calmado bastante por lo que la tertulia se hacía fácil y anecdótica contándose diversos sucesos que habían tenido ocasión de observar algunos de los allí congregados, de lo que deduje que no todo lo que se observa nos asombra y extraña tiene por qué estar en las alturas; los que narraron, aunque muy extraños, sirvieron para que esta noche se contaran al estilo ancestral, sentados en corro y si no al amor del fuego, sí al del vinito y de la cena.
Una vez se siguió la observación nos metimos de lleno en la zona de Pléyades, zona maravillosa la de las hijas del titán Atlas y de la ninfa Pléyone, que inspiran siempre al que la ve, sobre todo por primera vez, un ¡uaay, qué maravilla! En mis 9x63 pude disfrutar ampliamente de su visión pues además estaban a una altura comodísima. Posterior paseo por Melotte 25 o cúmulo abierto de las Híades y Aldebarán.
Nos aproximábamos a la constelación de Auriga y enseguida empecé a oír un jolgorio y risas pues habían localizado Belén, Alfredo y Luis con las indicaciones de Paco, el asterismo de la sonrisa del gato Cheshire que según dicen aparece y desaparece en el cuento de Alicia; yo anoche por más risas y sorpresa con que lo comentaban los mencionados, no veía tal sonrisa, pero de tanto fijarme por ver si yo también ahora que describo el suceso, sí que puedo identificar dicha sonrisa con la del famoso personaje del cuento. Otro cúmulo que me ayudaron a identificar en el BT80 y en el Taka-Haschi fue el del ET, que antes tampoco había conseguido reconocer, pero sí, es un muñequín con los brazos arriba y piernecitas muy cortas.
A estas horas yo ya tenía mis prismas protestones y andaba en lucha partida con toas-las-manivelas del trípode que se habían empecinado en no dar más de sí y se negaron a llevarme al asterismo del pequeño Delfín. Más vino en mi auxilio el compi Alfredo que me desenredó el enredo de manijas y tuercas, me puso de nuevo el trípode a punto con lo cual me pude ir cómodamente a la constelación de Auriga, en la que pude detectar sin dificultad, los cúmulos M38, M36 y M37, nombrados también como Estrella de Mar, y Molinete los dos primeros.
M1 Nebulosa del Cangrejo en la punta del cuerno de Tauro, reto para binoculares y efectivamente no pude localizarla, pero sí verla en uno de los teles.
M35 cúmulo abierto en los gemelos, que es como un estallido de cohete de feria que sí pude contemplar en el BT80, percibiendo además en el mapa de esta constelación que aparecen dos figuras agarradas de la mano y en una de cuyas piernas observé dicho objeto. También el Collinder 89 otro cúmulo abierto al lado de M35. Esta constelación la identifico siempre por las brillantes Castor (del lado de Capella) y Pollux (del lado de Procyon), pero no me he detenido nunca por encontrarle la forma completa.
A la vista estaba ya todo el hexágono del invierno con su potente arquero dominador: Orión, al que le pude descubrir por primera vez dos nuevos objetos y cuales son: un cúmulo en el brazo levantado, que según las indicaciones de Paco, era la maza pero que no he identificado en el mapa; y el Collinder 70, que rodeando a las tres estrellas del cinturón aparece como una preciosa lazada que se enreda en Alnitak, Alnilam y Mintaka que en el campo de mi 9x63, aparecían primorosamente adornadas.
Amplio paseo por la espada que para la próxima salida ya con mi BT80, una vez dado de alta de su accidente, podré descomponer en todo detalle.
Serían aproximadamente las 24 h. y terminado ya el programa de observación recogimos y vuelta a casa con Alfredo que iba delante, Belén y yo que le seguíamos y Pablo a nosotras, que nos hizo ir muy seguras y a las 2 cada uno en su casita.

María Reyes
Tertulia en la espera de la noche

Todo dispuesto.

1 comentario:

Belén Villalobos Infantes dijo...

Una velada astronómica, encantadora Paco.Gracias por tu dedicación Paco, y por enseñarnos magistralmente el cielo, también gracias a los demás compañeros por su acogida, nos sentimos ya parte del grupo y aunque tengamos que desplazarnos bastantes más Km que ustedes, esperamos compartir con ustedes muchas salidas!! Abrazos