lunes, 24 de febrero de 2014

OBSERVACIÓN RELÁMPAGO.

Paco Tello.
El pasado sábado fuimos tan solo cuatros compañeros los que nos presentamos para la observación, Fco Javier, Luis Viana, María Reyes y un servidor, disfrutamos de la compañía, del ritual g-astronómico y de tan solo de un par de horas de observación.....pues pasado unos minutos de las 22.00, comenzó a caer una humedad tremenda que lo empapaba todo y tuvimos que recoger deprisa y corriendo.
Sin embargo este corto periodo de tiempo, lo pudimos aprovechar para trabajar en la nueva sección que el próximo mes comenzaremos a publicar: EL CIELO CON PRISMATICOS.


Luis Viana.
Bueno pues ahí va mi crónica minimizada y recortada por la humedad.
Llegamos Francisco J. y un servidor sobre las 18:30 comenzando a montar nuestros equipos y con un cielo en el que aparecían algunas nubes, que fueron disipándose con el paso de los minutos y el frío. Sobre las 18:45 llegaron Paco y Mª Reyes montaron sus equipos y después pasamos a degustar los increíbles y maravillosos pasteles que traía Paco, que ya sabemos quién los hace, con su vinito que nos hizo entrar en calor y una buena empanada que traía Mª Reyes. Sobre las 19:30 comenzamos a observar.
En mi línea de trabajo en cada observación, llegué preparado para aprender un par de nuevas constelaciones y a repasar las últimas que he ido aprendiendo recorriendo los principales objetos de las mismas.
Comencé observando júpiter para verificar el estado de la alineación, que después de dos intentos fallidos, a la tercera quedo perfecta.
Después pasé a ver el trapecio de Orión donde pude ver sus 6 estrellas. Acto seguido miré una doble en Can Mayor, Adhara, y me fije en la situación de la constelación para fijarla más. Pasé a reconocer por primera vez el Can Menor con sus dos únicas estrellas, Gomeisa y Procyon a la cabeza, siendo la 8ª estrella más brillante del firmamento.
Posteriormente hice un recorrido visual reconociendo en el cielo invernal las constelaciones de Perseo, Cefeo, Géminis, Leo, Tauro, Auriga y Pegaso con Andrómeda.
Acto seguido visualice por primera vez las constelaciones de Cáncer y Aries haciendo un recorrido rápido por sus principales objetos.
Para finalizar solo pude hacer un reconocimiento visual de Cetus y la Hydra que son las que aprendí en la última observación y me hubiera gustado hacerles un seguimiento más detenido pero la humedad empezaba a empapar el CPC 800 y decidí recoger hacia las 22:15. Solo 5 grados marcaba mi coche a las 22:30 cuando inicié mi   vuelta a casa, esta vez  sin percance que reseñar.

Francisco Javier.

Mi plan de trabajo fue con la montura ecuatorial NEQ5 y la cámara Canon 400D colocada encima para alargar los tiempos de exposición,  lo demás requisitos lo tenía ya listo, un intervalómetro dentro de la cámara y un nuevo sistema de batería para que la cámara aguante unas 11 horas.
Con las tres opciones ya disponibles que me permite disparar al cielo con varios minutos de exposición, comencé la tarea y los objetivos eran dos.
El  primero  las Pléyades, y este es el resultado:
Son 200mm de focal, ISO de 400 y con tomas de 3 minutos de exposición, hasta llegar a un total de 63 minutos.

El segundo objetivo, era la constelación de Orión al completo, mi propósito  era llegar hasta las 2 horas de exposición, solo llegué  a 40 minutos  por la intensa humedad que se nos vino encima en cuestión de minutos y no lo pude cumplir, pero este es el resultado:
Con 55mm de focal, ISO 200 y tomas de 10 minutos.


Espero terminar el trabajo la próxima semana.

María Reyes Hereza
Una vez más, ayer, 22-2-14, tuve ocasión de pasear por el “Hexágono del Invierno” que, espléndido, lucía en todo el cenit de la bóveda de la Picota, en la que nos hallábamos: Luis, Francis, Paco y la que esto narra, María Reyes.
En la entrada del citado lugar me encontré a las hijas del titán Atlas y Pléyone: las Pléyades: Alcione, Mérope, Electra, Celeno, Taygeta, Maya y Astérope,  que, agrupaditas estaban detrás de Tauro...
_hola preciosas, les dije ¿Qué hacéis ahí tan asustadas?
_es que no podemos pasar por delante del Toro porque como nos vea con su gran ojo, Aldebarán,  nos embestirá y separará.
_No temáis, les dije, porque anda por ahí Orión, el cazador, con cuyo potente hombro, Betelgeuse, tensara su arco y de un flechazo terminará en un pis-pas con todo aquél que ose hacernos daño.
_Sí, pero es que en sus perros de caza lleva un Can Mayor y también nos asusta uno, Sirio...
_No temáis, les dije,  porque él sólo se ocupa de brillar intensamente y ni siquiera os verá.
_Es verdad, me replicaron; pero está el otro Can Menor, con Proción que le va a la zaga...
_Cierto, añadí, pero al lado hay dos guapos Gemelos que os defenderán y reconoceréis enseguida, porque uno de ellos el llamado Pólux, está al lado de Proción (P y P) y el otro, Castor está del lado de Capela (C y C),  que así se llama el Auriga y amable, os montará a todos en su carro, para pasearos en esta noche tan magnifica hasta llegar a Rigel, el pie del cazador dispuesto para de una patada, alejar todo peligro.

Más tranquilas quedaron y seguí con otros menesteres cuales fueron el buscar algunos asterismos o ngc’s, y sacar sus bocetos en mi cuaderno de campo, aderezando de cuando en cuando con un dulcísimo traguito de un néctar del Condado y pastel de la despensa de Paco, que generoso nos repartía a todos.

Cuando la humedad empezaba a hacer de las suyas, recogimos y a la hora, en casa.


Fue una observación relámpago.


viernes, 21 de febrero de 2014

ASTEROIDE 2000 EM26

ASTEROIDE 2000 EM26

A principio de esta semana, nuestro compañero Patricio Leiva, hacía llegar al correo del grupo un enlace que  remitía a una noticia publicada en diversos medios de comunicación en el apartado de Ciencia, que transcribimos textualmente:

“Un gran asteroide rozará la Tierra la madrugada del 18 de febrero
Un asteroide del tamaño de tres campos de fútbol se acercará la madrugada de mañana martes a la Tierra (sobre las 4.00 hora española). «Como si conmemorara la visita de su “hermano” que rozó la Tierra el 15 de febrero del año pasado» y la explosión del enorme meteorito en los cielos de Rusia, la roca 2000 EM26 tiene unos 270 metros de diámetro y vuela a una velocidad de 12,37 km/s.
Los astrónomos aseguran que no hay de qué preocuparse: el punto más cercano a la Tierra de su camino estará a una distancia que equivale a unas 8,8 veces la longitud entre nuestro planeta y la Luna.”

Recreación de un asteroide


De inmediato buscamos más información y comprobamos que en medios de comunicación: prensa, tv, y distintas webs se hacían eco de la noticia, ampliándola con más información pero básicamente con los mismos datos, como por ejemplo esta que reflejamos a continuación:
“El asteroide que rozará la tierra
Una roca del tamaño de tres campos de fútbol se acerca a la tierra, y este martes pasará rozando nuestro planeta, su nombre es 2000 EM26, y tiene un diámetro de 270 metros, pero debido a la gran distancia que lo separa aún de la Tierra, no representa un peligro para la humanidad.
Científicos indicaron que el asteroide 2000 EM26 pasará a una distancia equivalente a unas 8.8 veces la longitud entre la Tierra y la Luna, a una velocidad de 12 kilómetros por segundo.
El asteroide se aproxima a la Tierra cuando se cumple un año del paso de su “hermano”, el asteroide 2012 DA14, y de la caída del meteorito en Rusia. La transmisión en vivo del paso del asteroide 200 EM26 podrá seguirse a través del portal en Internet de la Slooh Space Camera (events.slooh.com).
El asteroide 2000 EM26 tiene unos 270 metros de diámetro y navega en el espacio con una velocidad de unos 12 kilómetros por hora.
Esta roca se acerca a la Tierra justo cuando se cumple un año de que el 2012 DA14 rozara nuestro planeta y de la caída de un meteorito en Rusia.”

Como suele ocurrir en este tipo de noticias se busca un titular alarmante para después, cuando se amplía la información todo sea pura especulación, incluyendo errores monumentales como podemos leer en la frase subrayada en color, sobre la velocidad del asteroide.
La realidad de los datos del Asteroide 2000 EM26, nos la hace llegar nuestro compañero Francisco Javier Álvarez  basándose en la información que actualmente consta en el Minor Planet Center (Centro de Planetas Menores), que opera bajo los auspicios de la IAU, (Unión Astronómica Internacional) y que son los siguientes:
Según la web del Minor Planet Center (MPC) “solo” hay 9 días de medidas astrométricas de su posición en el cielo, todas ellas realizadas en marzo del año 2000. Esto significa que NO se conoce muy bien su órbita (trayectoria alrededor del Sol).
En el siguiente link se puede ver la tabla de informes de las observaciones:

Este es el total de las observaciones efectuadas al asteroide y como para conocer la órbita con precisión necesitamos muchas más medidas astrométricas de su posición en el cielo, (aproximadamente un seguimiento durante un periodo de 3 a 5 años,  si sería suficiente para precisar la órbita), en este caso del asteroide 2000 EM26 como hemos podido ver, solo existen medidas de ese periodo de 9 días, por  tanto los datos son insuficiente para dar una órbita precisa.
Otro caso sería que este asteroide hubiera sido descubierto por ejemplo en el año 2011 en lugar del año 2000, y con los mismos datos  aun teniendo una órbita bastante imprecisa sería mas fácil recuperarlo ya que el error en el calculo de su trayectoria en 2011 y que con el paso del tiempo se va acumulando sería inferior; pero en el caso que nos ocupa los datos son del año 2000 y el error que lleva sumando en estos 14 años es enorme.
El asteroide 2000 EM26 y según las imprecisas efemérides, debe de estar a febrero de 2014, cerca de la Tierra y ser visible estos días con magnitud 15 en la constelación de la Osa Mayor, pero el rango de error es tan grande que lo mismo se puede encontrar  en la constelación de la Osa Menor que en la del Boyero.  El error en la posición en el cielo es mayor de 70º grados y además le tenemos que añadir un error en la fecha, por lo que puede que su acercamiento a la Tierra se adelante o se retrase en unos 15 días.

Ejemplo trayectoria
 **Nota la trayectoria de este simulado asteroide de la imagen no corresponde con la del 2000 EM26.

Como vemos en esta imagen la trayectoria de un supuesto asteroide en línea blanca y en líneas rojas (las más exteriores) es el rango de error de su órbita, que se acerca mucho a la órbita de la Tierra pero no hay peligro de colisión y por eso sabemos con seguridad que no pasará nada. Esto es un ejemplo parecido al asteroide 2000 EM26.
Resumiendo: en concreto no debemos temer ningún peligro, 2000 EM26 es de los que pasan cerca de la Tierra pero no cortan su órbita y por lo tanto, aun conociendo muy poco de su órbita, el rango de error está fuera de la trayectoria de la Tierra.
Una última observación: hay que tener en cuenta que el asteroide 2000 EM26 puede que mañana sea recuperado por alguno de los grandes telescopios, o bien que no se vuelva a ver en varias décadas; pero este hecho, será fruto de la casualidad y no de la búsqueda. Como ejemplo: Hace unos días se ha “descubierto” un Neo y con el paso de los días y los informes de seguimiento se ha visto que coincidía con otro del año 95,  (19 años más tarde).
En un próximo artículo trataremos sobre el enigmático mundo de los Asteroides. Esos incómodos visitantes.

Texto: Francisco Javier Alvarez y Paco Tello


martes, 18 de febrero de 2014

GEMINI

GÉMINIS



Nuestra colaboradora María José Maraver nos trae una nueva entrega de la sección Constelaciones: Historia y Mitología, donde nos hacer llegar aspectos muy interesantes de una constelación de origen mesopotámico, la tercera en orden zodiacal. Gemini, Los Gemelos.
Esperamos que os guste.

jueves, 13 de febrero de 2014

CONSTELACIONES PARA EL RECUERDO (XIII)

TAURUS PONIATOVII

 Nueva entrega de la sección constelaciones para el recuerdo, donde hablamos de la única constelación creada por el jesuita astrónomo y matemático Marcin Odlanicki Poczobutt, nacido el 30 de octubre 1728 cerca de Grodno (Polonia-Lituania). Fue profesor de la Universidad de Vilnius durante más de 50 años, siendo su rector desde 1780 hasta 1799; falleció el 17 de Noviembre de 1810 en Daugavpils.


Poczobutt se hizo jesuita en 1745 y cursó estudios en la Universidad de Vilna entre 1745 y 1751, fecha en que se graduó. Continuó los estudios de griego, latín y matemáticas en la Universidad Carolina (Praga) entre 1754 y 1756, completando dichos estudios en Francia, Italia y Alemania desde 1762 hasta 1764.

Durante su estancia en Francia, el también jesuita Esprit Pézenas, astrónomo, matemático francés y entonces director del Observatorio de Marsella, le influyó para que dedicara su carrera a la astronomía.
A su regreso a Vilnius, fue nombrado profesor de matemáticas y astronomía y coincidió con Thomas Zebrowski, otro jesuita, arquitecto y astrónomo, que desde 1753 y que con la ayuda financiera de la aristócrata Elzbieta Oginska-Puzynin, había empezado a construir un observatorio astronómico;  Poczobutt, trabajo e intercedió hasta obtener instrumentos modernos para el observatorio del que fue nombrado director .

Thomas Zebrowski, mostrando el plano del Observatorio.


Elzbieta Oginska-Puzynin, posando con el mismo dibujo del Observatorio

Observatorio de Vilnius, en la actualidad.

Cuando en 1773 llegó la orden de supresión de la Compañía de Jesús dictada por el papa Clemente XIV, Poczobutt ya se había ganado el favor del rey de Polonia, Estanislao Augusto Poniatowski, por sus concienzudos trabajos  y éste le nombró astrónomo real.  
Rey Estanislao Augusto Poniatowski

En 1777 y en honor a su rey, creo una nueva constelación con el nombre de Taurus Poniatovii, (el toro era un elemento característico del escudo de armas de la familia real).
La constelación contenía 16 estrellas, las cuales fueron tomadas de una zona del cielo entre las constelaciones de Ophiuchus y Aquila (entre el hombro  de Ofiuco y la de Aquila).  Curiosamente esa misma zona del cielo,  desde 1624  estaba “ocupada” por otra de las constelaciones que se han perdido: la del río Tigris, creada por  Jacob Bartsch y de la que hablaremos en otra entrega.
Las estrellas más brillantes que tomó para crear esta nueva constelación, se asemejan en su disposición (aunque en menor tamaño) a la V que forman el grupo de estrellas de las Híades y que representan la cabeza del toro de la constelación de Tauro.
Las cuatros estrellas que conformaban la cabeza del Toro de Poniatovii eran las siguientes:
68 Ophiuchi: una estrella blanca de la secuencia principal de magnitud 4.50 y a una distancia de 264.95 años luz  que marca el punto del que parte la V.
67 Ophiuchi: una supergigante azul de magnitud 3.90 y a una distancia de 1418 años luz.
66 Ophiuchi: una estrella azul de la secuencia principal de magnitud 4.75 y situada a 677 años luz.
70 Ophiuchi: una estrella naranja de la secuencia principal de magnitud 4.10 y a 16.59 años luz de distancia.
Una quinta estrella, 72 Ophiuchi, era el cuerno derecho del toro y la estrella más brillante de la constelación, de magnitud 3,71 y su distancia al sistema solar  es de 82.78 años luz.
Como curiosidad Marcin Poczobutt no pudo captar con los instrumentos de que disponía (aunque eran de los mejores de la época) que dentro de su creación, se encontraba la débil enana roja conocida como Estrella de Barnard: la segunda estrella más cercana al sol, tan solo a 5.94 años luz, y que se localiza cerca de 66 Ophiuchi.

La constelación de Taurus Poniatovii, fue representada por primera vez en una reedición revisada del Atlas Celeste de Jean Nicolás Fortin de 1778, basado en el atlas de John Flamsteed. En la lámina número 10, podemos ver la creación de Poczobutt, con el nombre de Le Taurean Royal de Poniatowski

Lámina 10 J.N.Fortin
Johann E. Bode en su Atlas de 1801, latinizó el nombre y  la constelación aparece como Taurus Poniatovii.

J.E.Bode 1801
En la lámina (plata X) del Celestial Atlas  de Alexander Jamieson de 1822 se recoge con el nombre de Taurus Poniatoski
Celestial Atlas de A.Jamieson
La constelación también aparece en el atlas de Elijah Hinsdale Burritt de 1835 como vemos en este recorte de su hemisferio norte.

Detalle Atlas del cielo de E.H.Burritt
Ya en el año 1872 en el nuevo Atlas de Eduard Heis, en la tabla XI, la creación de Marcin Poczobutt, no aparece reflejada.

Lámina de E.Heis.
A pesar de que esta constelación no fue recogida en el listado de constelaciones oficiales, nos queda su presencia en el cielo como el asterismo de su propio nombre y con los nombres de Melotte 186 o Collinder 359. Es un bonito objetivo para observar  a través de un telescopio a  baja potencia o bien con prismáticos de gran campo. 
Con telescopio destacar de nuevo a la estrella 70 Ophiuchi es una de las dobles más coloridas del cielo, sus componentes giran alrededor de un centro común de gravedad en sólo 88 años.
Como colofón a su periplo, las estrellas que en su día conformaron Taurus Poniatovii, volvieron a pertenecer a sus primitivas constelaciones  de Ophiuchus, Aquila y Serpens Caput.
Fin de la historia.

En memoria de Marcin Poczobutt en la Luna, un gran cráter  lleva su nombre.

Texto: Paco Tello.

lunes, 10 de febrero de 2014

4 JOYAS PARA VER EN EL CIELO DE FEBRERO 2014

Nuestra sugerencia para  este mes son: un grupo de galaxias  muy parecido al cúmulo de Virgo, dos galaxias interactuando y dos nebulosas planetarias. Para resolver la primera de estas sugerencias necesitaremos un telescopio de 12” pulgadas; con 10” podremos intentarlo pero el resultado no será igual y para las  restantes con uno de 8 pulgadas será suficiente.
Para empezar nos vamos a dirigir a la gigantesca constelación de Hydra, visible en latitudes entre +54º y -83º y en ella encontraremos el cúmulo de galaxia de Hydra, compuesto por 157 brillantes galaxias que se encuentran tres veces más lejanas que las del Cúmulo de Virgo. De este grupo las tres galaxias dominantes que tienen un diámetro alrededor de 150 mil años luz son las dos grandes galaxias elípticas NGC3309 y NGC3311 y la gran galaxia espiral NGC3312.
Para encontrar NGC 3309 y NGC 3311 (que comparten una envoltura común, invisible para los telescopios de aficionados) debemos primero localizar la estrella gigante naranja alpha Antliae de magnitud 4.3 y a continuación buscar a  4º 15 al norte-noreste, la estrella HIP 51979/HD 92036 otra gigante roja de magnitud 4.87, esta estrella nos marcará el punto donde encontraremos las dos galaxias.  
                       
A través de un telescopio de 12 pulgadas, encontraremos esta pequeña región del cielo repleta de galaxias débiles: NGC 3307, NGC 3308, NGC 3309, NGC 3311, NGC 3312, NGC 3314, y NGC 3316.
NGC 3311 es la más brillante del grupo, y la veremos como una neblina circular con un centro brillante. De magnitud 11.6 y un tamaño de 3.7’ x 3.0’.
NGC 3309 es otra gran galaxia elíptica de magnitud 11.6 y un tamaño de 2.4’ x 2.1’ que parece estar unida al borde occidental de NGC 3311. Su visión es similar pero un poco más pequeña.
La más interesante para la observación  es NGC 3312 de magnitud 11.9 y un tamaño de 3.3’ x 1.2’ pero necesitaremos un telescopio de 16 pulgadas para poder resolver sus brazos espirales curvándose hacia el norte y el sur.  
La observación de este cúmulo de galaxias nos ocupará una buena parte de la noche para poder saborear todos sus detalles
.
Para encontrar nuestra segunda sugerencia, dos galaxias espirales en colisión, tendremos que dirigir nuestros telescopios  a la constelación de Canis Major visible entre + 60º y – 90º.
NGC 2207
A.R.: 6h 16m 24.0s Dec.: -21º 22’ 00.0”  Magnitud: 10.8 Tamaño: 4.2’ x 2.6
IC 2163
A.R.: 6h 17m 6s      Dec.: -21º 23’ 15”     Magnitud: 12.4 Tamaño: 3.0’ x 1.2’.
Cercanas al límite de la constelación de la Liebre (Lepus) y situadas a 3º50’ al suroeste de la estrella gigante azul beta Canis Majoris, Murzim, las encontraremos.  

Ambas galaxias fueron descubiertas por John Herschel el 24 de Enero de 1835 y se estima su distancia de nuestro sistema solar en alrededor de 80 millones de años luz.
En esta imagen del 14 de septiembre 2009 del telescopio espacial Hubble, vemos  estas dos galaxias espirales (similares en apariencia a la Vía Láctea) como están interactuando entre sí  en un baile cósmico, que en unos pocos millones de años terminará en una fusión galáctica completa y las dos galaxias se convertirán en una sola, pero gigantesca.
Las fuertes mareas de atracción gravitatoria de la galaxia NGC 2207, (la más grande en la imagen) ya está causando graves destrozos en su acompañante menor, IC 2163, distorsionándola y arrojando al espacio estrellas y gas en largas colas que se extienden más de 100 000 años luz.
Sin embargo, a pesar de la imagen tan dramática, la distancia entre las estrellas individuales de una galaxia son tan grandes, que cuando dos galaxias colisionan como podemos ver, prácticamente no ocurre choque entre ellas.
Con un telescopio de 150 mm de apertura y con unas buenas condiciones de cielo, es posible su observación; NGC 2207 presenta un núcleo denso y alargado.

Ahora vamos con nuestras dos últimas sugerencias y para ello ponemos rumbo a la constelación Orión visible entre las latitudes +85º y – 75º; aquí se  encuentran dos nebulosas planetarias que nos supondrán un buen ejercicio de observación:


NGC 2022
A.R.: 05h 42m 06.2s Dec.: 09º 05’ 10.3” Magnitud: 12.8  Tamaño: 28” x 27”

Descubierta por William Herschel el 28 de Diciembre de  1785   es la nebulosa planetaria más brillante de Orión.
Se encuentra a unos 7.000 años luz de distancia y se localiza trazando  una línea imaginaria que nos lleve desde la estrella alfa Betelgeuse hacia lambda Orionis Meissa a 1º 55’  y antes de llegar a esta, la encontraremos
Con telescopio de 8” pulgadas veremos su forma ligeramente ovalada, con un tenue anillo que a veces se consigue resolver si la calidad del cielo es buena; también se puede ver un puntito brillante en la estructura del anillo. No hay una unanimidad en cuanto al color, como suele ocurrir en este tipo de nebulosas: oscila entre el gris claro y oscuro y el verde azulado.
Lo realmente interesante es conseguir resolverla. La estrella central causante de la nebulosa es un reto muy difícil de observar con los telescopios de aficionados.

Y la segunda de las planetarias es ya de por si otro gran reto, pues se une a su pequeño tamaño y magnitud, su cercanía a la estrella Mu Orionis que complica su observación.
Abell 12 PN A66 12
A.R.: 06h 02m 20.2s Dec.: 09º 39’ 13.1” Magnitud: 12.9 Tamaño: 48” x 37”

 Esta nebulosa planetaria fue descubierta por George O. Abell en 1966 mientras examinaba unas placas fotográficas y notó un abultamiento en la estrella Mu.
Su situación en el cielo es fácil de encontrar,  distinto es lograr resolverla ya que encuentra junto a la estrella Mu Orionis de magnitud 4.30 y el brillo de esta complica la tarea.
Necesariamente tendremos que colocar un filtro OIII en nuestros telescopios para observarla. Con razón lleva el nombre de The Hidden (la escondida)
Con telescopio de 4 pulgadas y a 154x ya se consigue ver: a más apertura y más aumentos se va ganando forma y se aprecia el disco redondo pero la estructura del anillo es difícil, aunque dicen que no imposible.

Hasta el próximo mes, buena suerte y cielos claros.

Texto: Paco Tello
Mapas: Stellarium

viernes, 7 de febrero de 2014

UN PASEO POR LYNX (EL Lince)

Por Carmelo Álvarez

La Picota (Zalamea La Real) a 1 de Febrero del 2014.
Constelación del hemisferio norte. El nombre de Lince le viene de la debilidad de las estrellas que la conforman, (Hay que tener ojos de lince para verla) teniendo a la estrella Alfa (Elvashak) una gigante roja de magnitud 3.14 como la más brillante. Se encuentra situada entre las constelaciones de Auriga y La Osa Mayor. En cuanto a objetos de cielo profundo hay poco que decir, salvo destacar la galaxia NGC 2683 como lo más interesante, que por cierto no llegue a observarla, reservándola para otra ocasión, ya que me centré en los objetos más débiles.
Con una de las noches más maravillosas que hemos tenido para observar el cielo, totalmente transparente, con un seeing casi perfecto y sin humedad, pero sí con un frío y con algunas ráfagas de viento que venían de vez en cuando, que nos pelaba.

Con el equipo de costumbre telescopio SC CPC 9.25 y con mi juego de oculares di comienzo a la observación, que la comencé un poco más tarde, debido a que me entretuve largo rato con la colimación del tele.
Cúmulos cerrados
NGC 2419: Más conocido como el Vagabundo intergaláctico, debido a su gran distancia de nuestra galaxia. Descubierto en diciembre de 1788 por William Herschel. Es un cúmulo de una densa acumulación central. De magnitud 10,3, y un tamaño  de 4,6 minutos de arco y que se encuentra a una distancia de 270000 años luz de nosotros. Utilizando los oculares de 8/100 y 13/100 mm y a 294 y 181 aumentos, no conseguí  resolver nada del cúmulo, solo ver esa manchita lechosa. La nota que le doy es de deficiente.
 NGC 2419
Galaxias
NGC 2273: Descubierta en Septiembre de 1867 por Nils Dunér. Es una espiral barrada de brazos cerrados. De 11,6 de magnitud, de 3.6 x 2.0 minutos de arcos y a una distancias de 98 millones de años luz. Con ocular de 40/70 mm y a 59 aumentos la veo difusa y sin poder resolver nada. Mi nota es también de deficiente.
NGC 2320: Descubierta en Diciembre de 1790 por William Herschel.  Es una galaxia elíptica. De 12.1 de magnitud, de 1.4x 0.8 minutos de arcos y a una distancia de 284 millones de años de nosotros. Con ocular de 21/100 mm y a 112 aumentos la veo difusa y con mucha dificultad. La nota que le doy es de deficiente.
NGC 2326: Descubierta en Febrero de 1788 por William Herschel. Espiral barrada de brazos abiertos. De magnitud 13.2, con 1.9x1.8 minutos de arcos. Con ocular de 21/100mm y con 112 aumentos la observo difusa y a unos 20 segundos de arcos de la anterior NGC 2320. La nota para esta galaxia es de deficiente.
NGC 2537: También es conocida como La Garra del Oso. Descubierta en Febrero de 1788 por William Herschel. Es una galaxia espiral, de 11.7 magnitudes, 1.7 x 1.5 minutos de arcos y a 26 millones de años luz de distancia. Con ocular de 13/100 mm y a 181 aumentos, la veo difusa, redonda y lechosa. Para mí la nota igual que las anteriores, deficiente.
Bueno, aquí termina el análisis de otro de mis apasionante paseos, esta vez por Lince.

Saludos cordiales y hasta la próxima observación.


martes, 4 de febrero de 2014

LA PRIMERA OBSERVACIÓN DEL AÑO

En esta ocasión la suerte nos sonrió y una parte de las previsiones, la relativa a la humedad, no  se cumplió. Diversas fuentes meteorológicas  que íbamos  consultado mientras se acercaba el día previsto  vaticinaban para esa noche un porcentaje del 82%  y con esta elevada  tasa es muy difícil hacer una observación presentable, ya que en poco tiempo se empapan los oculares, cartas, mesas, sillas, etc, etc además de que en el horizonte la contaminación lumínica se acentúa y se eleva varios grados por las luces de las poblaciones.
Tras interminables intercambios de emails en estos días previos preguntándonos si nos lanzábamos o lo aplazábamos para otra ocasión, seis “locos”  apostamos por arriesgar y acertamos de pleno. 

El grupo de los seis, con notable ausencia de compañeros  

La deliciosa previa  g-astronómica habitual a la espera de la oscuridad, y el montaje de los instrumentos nos entretuvieron mientras observamos como el cielo presagiaba una noche espléndida como así ocurrió.
 La Luna en segundo día de creciente y Mercurio debajo

Dada la orden de salida  cada uno a sus labores.
Patricio Leiva,  estuvo siguiendo el programa de observación y medición de estrellas Dobles de AL (Astronomical League).  Midiendo estrellas de la constelación de Orión.
La noche estaba tan transparente que al final estuvo con Francisco Javier observando algunos objetos de cielo profundo, y el tránsito de Ganímedes sobre Júpiter, impresionante la sombra del satélite sobre el planeta y la gran cantidad de detalles que se pudieron distinguir.
Francisco Javier Álvarez con su inseparable cámara  estuvo haciendo un pequeño fragmento de timelapse, realmente no llegó a 10 seg de video, pero fue un total 230 imágenes con 40 segundos de exposición;  también estuvo “jugando”  con el ISO, que con el nuevo menú de la cámara, le permite configurarlo de mil maneras diferentes.

El cielo poco antes de la oscuridad total
Luis Viana En su afán por seguir conociendo y fijando algunas constelaciones en el firmamento, comenzó la noche alineando el telescopio hacia la constelación del Can Mayor para ver algunos de los objetos que contiene. Después paso a orientar su telescopio hacia a Géminis, con Castor como referencia,  para más tarde recrease con Tauro y Orión, donde consiguió ver seis de las estrellas del trapecio. En estas constelaciones busco algunas dobles que son su gran debilidad, llevándose alguna sorpresa agradable.
Más tarde pasó a identificar la constelación de la  Ballena, descubriendo una bonita doble y por último, gracias al amigo Francisco Javier, localizó las estrellas que forman  la figura de la Hidra y estuve observando algunos objetos de esta constelación.
Para acabar la noche se centró en Júpiter, gracias a la magnífica noche, lo observó como nunca antes lo había hecho, con una nitidez espectacular. El colorido, las bandas increíblemente definidas, sus satélites  como esferas y uno de ellos,Ganímedes, hacía sombra sobre Júpiter y pudo seguir su trayectoria durante buen rato.
A la vuelta  una anécdota que ya por repetida se nos hace habitual, al llegar  a la población de Trigueros, un control de la Guardia Civil, parada y a  dar cuenta de todo el material que llevaba,  sin que la cosa fuera a más.

Carmelo Álvarez, anduvo con uno de sus magníficos paseos por las constelaciones, cuya redacción colocaremos en breve.

María Reyes Hereza y un servidor (Paco Tello) empezamos a confeccionar el borrador  para la nueva sección de nuestro  blog que será la continuación a la ya finalizada: El cielo con prismáticos.
Tomamos mediciones de grados de campo  con prismático de 10 x 50 y con los binoculares Vixen BT80 con tres tipos distintos de oculares. También comprobamos en qué lugar de la Escala de Bortle podemos situar el cielo desde nuestro lugar de observación, además de realizar un par de bocetos de objetos de cielo profundo,  y  aprovechamos la oportunidad que nos ofrecía la magnífica noche (pocas así entran  en el año) constatar algunos de los objetos Messier que se suelen indicar en diversos listados como “visibles a simple vista”.  
Con la tarea terminada, llegó la despedida y hasta la próxima.