martes, 11 de junio de 2013

UNA GRAN NOCHE DE OBSERVACIÓN

Crónica de una gran noche 
Por Paco Tello

Como bien relata mi amigo y compañero Carmelo, el pasado viernes 6 de Junio nos citamos de nuevo para pasar unas horas juntos disfrutando de nuestra afición.
Se tenía previsto que la asistencia de compañeros fuera mayor, pero unos por  motivos laborales  y otros porque los pronósticos del tiempo no presagiaban buenas condiciones para esa noche, no pudieron o no se arriesgaron a  asistir. Por mi parte,  ya puesto en camino y cerca de nuestro lugar habitual de observación, el cielo cubierto de negras nubes descargó durante un buen rato un chubasco que me hizo temer lo peor.  
Pero todo cambio con el paso de las horas y el cielo se despejó de tal manera que la lluvia acaecida un par de horas antes, dejó a la vista un cielo espectacular cuajado de estrellas.
El cielo se va despejando
Después de saborear el aperitivo con los compañeros Juan Domingo y Carmelo, y ya con las primeras estrellas brillando comencé con mi primera tarea: sacar unas fotos a todas las zonas del horizonte para calcular la altura en grados visible para un evento que estamos preparando y que pronto daremos a conocer. 
Ya con noche cerrada y antes de que mis amigos se pusieran a trabajar a dúo, les pedí una medición o cálculo de tiempo en la localización y captura de un par de objetos de cielo profundo para el anteriormente citado proyecto.
Una vez terminada esta parte, llegó la hora de la observación pura y por los oculares de mí binocular fueron pasando:
De la constelación de Canes Venatici
M63 Galaxia del Girasol, cuya localización me dio un poco de trabajo ; una vez conseguida y observada me fue más fácil llegar hasta M51 la Galaxia del Remolino que se presenta frontalmente, apreciando sus dos núcleos. De allí pase a M3, cúmulo globular de un tamaño de media luna, fácil de ver y  con la apariencia de una bola de nieve, tal y como lo describen muchos observadores.
El siguiente destino fue la constelación de Coma Berenice para recorrer el cúmulo abierto Mel 111, con sus estrellas más brillantes en forma de V… todo un placer volver a mirar este gran cúmulo. En Virgo, M104 y a su lado  el asterismo Jaws, muy curioso.
Hice una parada en la observación de objetos de cielo profundo para contemplar una bonita doble: la estrella alfa de Libra, Zubenelgenubi, la principal de color blanco-azulado y la secundaria amarillenta.
Continué mí recorrido hacia el horizonte sur para observar M5 en la constelación de Serpens: otro bonito cúmulo globular también de gran tamaño aunque muy tenue. Pasé a las pinzas del Escorpión y pude ver los dos clásicos globulares: M80 con una ligera dificultad para localizarlo y M4  muy brillante y fácil de encontrar.
Como parte del horizonte noreste lo tenemos tapado por un bosque de pinos y dada la hora de observación Sagitario,  Águila, y Cisne aún no habían alcanzado la suficiente altura, mi siguiente parada fue en la constelación de Lyra para ver  M57. La Nebulosa del Anillo a pesar de su pequeño tamaño, se apreciaba perfectamente su forma y con un ligero color azul grisáceo,  así como el imprescindible cúmulo abierto Stephenson 1, donde destacan las estrellas Delta 1 y 2 de colores azul y rojizo.
Para terminar mi observación fui a la Gran Osa, para volver a  deleitarme con la visión de la  Nebulosa de Bode M81 y M82 la Galaxia del Cigarro, dentro del mismo campo, y  aprovechando las inmejorables condiciones del cielo (se podía ver fácilmente a simple vista la estrella eta h de Osa Menor) un retillo pendiente: ver por primera vez  M101 Galaxia del Molinillo o  Molinete, que nunca había visto antes con mis binoculares hasta esta noche.
Con la satisfacción de haber completado todo el “trabajo” di por finalizada mi jornada nocturna. 
Todo lo que se necesita para una observación
Un cordial saludo, buenos cielos y buena suerte.

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