viernes, 20 de abril de 2012

CONSTELACIONES PARA EL RECUERDO (III)

Grabado de Durero de 1515
 
En esta nueva entrega, vamos a conocer la cuanto menos curiosa historia de una región del cielo en la cual se llegaron a diseñar hasta tres constelaciones distintas. Dos de esas constelaciones fueron creadas en honor a  monarcas separados en la historia por un periodo de 100 años y en ese periodo de tiempo se creó la tercera que siendo la menos “Real” de las tres, tal como es Lacerta (Lagarto) ha sido  la que definitivamente  ha perdurado hasta nuestros días..
Vayamos con la historia, en el año 1679 un arquitecto y navegante francés de nombre Augustin Royer, publicó un catalogo de estrellas donde incluía además de las  ya  tradicionales 48 constelaciones de Ptolomeo, las nuevas constelaciones  que se habían  ido creando hasta esa fecha. Muchas fueron  diseñadas por astrónomos  como Petrus Plancius de principio del siglo XVII y Royer agregó como aportación propia a este catalogo dos nuevas constelaciones: Lirio, del latín Lilium (flor de lis, símbolo heráldico que representaba la corona de Francia) y que colocó junto a la actual Triángulo,  y Cetro y Mano de la Justicia,  del latín Sceptrum et Manus Lustitiae (símbolos del poder real). Seguía de esta manera la moda de la época donde diversos astrónomos se “entretenían” en diseñar constelaciones en honor a los monarcas que gobernaban en sus respectivos países para ganarse su gracia. En este caso Augustin Royer, le rindió homenaje a su gobernante que era nada más y nada menos que el gran Rey de Francia, Luis XIV conocido como El Rey Sol.
Sceptrum et Manus Lustitiae, la diseñó en la zona del cielo comprendida entre las constelaciones de Casiopea, Cygnus, Andrómeda, Cefeo y Pegaso, tomando para ello principalmente estrellas de la actual Lacerta y algunas de la parte occidental de Casiopea.

 
En esta imagen vemos representada dicha constelación con los símbolos del cetro y la mano en forma de aspa, pero por su nombre tan largo e incomodo de escribir en los catálogos de constelaciones fue modificado en dos ocasiones, y en algunos mapas estelares posteriores aparece con el nombre de Sceptrum Imperiales o bien con el de Stellio o el de Scettro.
 
Pocos años más tardes Johannes Hevelius, en su obra Firmamentum Sobiescianum de 1690, divide esta región y crea en ella una nueva constelación Lacerta (Lagarto) dejando  la anterior con el nombre de Stellio, como podemos apreciar  en la lámina de su obra, uniendo esta última con una cadena que ata a  la mano derecha de la Princesa Andrómeda. Sin embargo en Atlas Coelestis  editado en 1729 por el Reverendo John Flamsteed y  la versión mejorada del mismo Atlas Coelestis del año 1776 publicada por el francés  Nicolas Fortín, no se refleja ya la constelación de Sceptrum y sí figura solamente la de Lacerta.
Carta de Hevelius

Johann Elert Bode
 
Así en el año 1787 Johann Elert Bode, para conmemorar al Rey Federico el Grande de Prusia que había fallecido un año antes, diseña una nueva constelación en la misma zona que ha quedado libre entre Lacerta y Andrómeda con el nombre de Friedrich Ehre, que podemos  traducir como Honor o Gloria de Federico, cuya descripción y composición de la estrellas recoge en una carta de esa fecha. Años más tarde en 1802, en la segunda edición de su obra Uranografía   incluye  ya el diseño de esta nueva constelación.
Constelación Friedrich Ehre
 
Como podemos apreciar en la lámina de su obra, la figura de esta nueva constelación, es una espada de ceremonia rodeada o envuelta por una rama de laurel, una pluma y una corona, que simboliza al monarca Federico el Grande como héroe, sabio y hombre pacificador.
Gloria de Federico.

En el Atlas Celestial de Alexander Jamieson de 1822 y en el Atlas de Richard Rouse Bloxam de 1825  observamos con más detalle esta creación de Johann Bode, creación que desaparecería definitivamente de todas las cartas del cielo en la delimitación de constelaciones que llevó a cabo  la U.A.I (Unión Astronómica Internacional) en 1928 y las estrellas que la componían  fueron integradas o “devueltas” a las constelaciones de Andrómeda y Casiopea.

Si los astrónomos de la antigüedad tenían una gran imaginación para ver en cielo figura de animales y personas,  no menos imaginación tenían nuestros astrónomos contemporáneos para crear escudos, emblemas  y armas en honor a los Reyes, como veremos en sucesivos capítulos de Constelaciones para el Recuerdo.
 Hasta el próximo mes.

Texto: Paco Tello

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