lunes, 3 de agosto de 2015

CRÓNICAS ANDROMEDANAS

Crónicas del sábado

Por Alfredo García


Tras despegar con mi nave espacial desde la cercana luna de Tomares, que orbita en torno al planeta Sevilla, observo como va empequeñeciéndose en el espacio. Como siempre, me conecto mentalmente al computador de abordo, y a los pocos segundos, me encuentro viajando a velocidades superlumínicas en dirección al asteroide La Picota.
En tan solo 80 minutos recorro los 1,11×10-11   años luz de distancia que me separaban, lugar de encuentro con el resto de viajeros y viajeras estelares. Tras aterrizar en el lugar, compruebo la existencia de alguna que otra boñiga asteroidal muy seca procedente de Tauro.
Tras dejar de nuevo mi huella en aquel lejano pero conocido paraje espacial, compruebo que podía respirar con normalidad en su atmósfera, noto calor en el lugar pero no me impide el saludo cordial al resto de viajeros Andrómedanos: Carmelo, Marí Reyes, Paco, Antonio -astronauta perdido en las últimas salidas debido a burocracias galácticas y que me alegré de ver de nuevo por allí-, Sara y Javier, Ana y su estupenda familia, Luis y su mujer... mi memoria no recuerda más ahora mismo.


Debatimos, comemos, comemos y debatimos. De todo menos de astronomía... bueno realmente no fue así, pero con el licorcillo de Paco, es fácil que surjan temas variados que toquen todo menos astronomía. Y tras la charleta... al lío.
Esa noche, me traería alguna que otra sorpresa, al principio. Al encender el ordenador de la montura CGEM, la hora incorrecta... Ops!... se ajusta, reviso otros parámetros, compruebo que están todos iguales que en las anteriores ocasiones, y tras pulsar el botón de encendido; ALIGN, ENTER, y Plofff... aquello no alineaba, se quedaba a muchos grados de distancia como para centrar la estrella en el ocular... pico y pala...
Después de varios intentos decido seguir las indicaciones de Domingo, por si acaso... y por fin!!!... al quinto intento aparece la estrella diana por el ocular y el telescopio queda alineado. Estimo que fueron unos treinta minutos los que estuve en modo "ensayo-horror"... ¡¡gracias Domingo!!!... a ver qué me depara la próxima ocasión.
Como la noche prometía en limpieza decido comenzar mi paseo nocturno, como de costumbre, por algunos clásicos: Vega, Albireo, M13, M92, M8, Saturno, ... intento encontrar Plutón, pero nada, M51, M57 y algunos objetos del Nuevo Catálogo General de cuyos nombres no puedo acordarme... ni quiero ahora mismo. Creo que el año que viene comenzaré con observaciones más controladas y regulares.
Los probé con distintos oculares y los disfruté muchísimo. Aparte tengo que decir que me sigue alucinando la estupenda visión que se obtiene en SC a través de un Panoptic 41. Algún día caerá ese ocular...sí o sí.
Otra cosa que estuvimos probando fue el enfocador que trajo Carmelo. Un objeto muy interesante y que tendré en cuenta para un futuro muy próximo. Es una comodidad para un telescopio de tipo SC donde el espejo se mueve al enfocar, a veces.
Tras el disfrute visual, decido pasar a intentar fotografiar M57, pero otra pequeña sorpresa me esperaba... los adaptadores no encajaban correctamente, la cámara daba vueltas aun estando todo "bien" enroscado... las dudas se despejarían el lunes siguiente. Una parte de la rosca del adaptador de 2" se había enroscado en la rosca original del tubo y hacía imposible adaptar completamente algo más... ¡¡solucionado!!.
A eso de las 3 de la mañana, volvieron a encenderse los motores de las naves de aquellos viajeros que permanecían aún en el asteroide, poniendo rumbo a sus respectivas lunas y planetas. Tras conectarme mentalmente con mi vehículo, la nave emitió una ligerísima vibración y al cabo de unos segundo se encontraba recorriendo de nuevo 1,11×10-11   años luz de distancia... me echaría un reparador sueñecito durante el viaje de vuelta.

Y a fecha de hoy con nuevas ganas de volver a esa zona estelar para seguir compartiendo aventuras espaciales...

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